Hablamos de derechos de difusión por Internet. Hoy día, la música se consume en gran medida vía streaming y este modelo merece diferente tratamiento económico por la productora.
Enrique Iglesias ha registrado su demanda ayer mismo contra su antigua productora en los juzgados de Miami, al considerar que, los costes de producción que tiene este canal son distintos y que la diferencia supone un saldo a favor del cantante que no se le reconoce.
El contrato reserva al cantante el 50% de los royalties. Es lo habitual los últimos diez años que contamos con el canal streaming como canal de distribución. Pero claro, sin que se deduzcan previamente costes que por esta vía han desaparecido. Nada tiene que ver con la distribución física.
Ahora, la defensa de Iglesias quiere acceder a la contabilidad de la empresa para ver los gastos, los ingresos, etc… con el fin de que se pueda aplicar correctamente el contrato que les une.
Hay antecedentes de otras compañías que han transigido lográndose un acuerdo al margen de los tribunales.
Los más de 100 millones de álbumes vendidos avalan la fuerza del artista para interponer una demanda que, de prosperar, persiste en la brecha de la que se beneficiarían el resto de los profesionales.