¿Guardar en discos duros en ADN? Es la idea que tienen investigadores de la Universidad de Washington e ingenieros de Microsoft. Una investigación que se cimienta en otros estudios universitarios.
En 2012, un equipo de la Facultad de Medicina de Harvard fue capaz de codificar un libro de 53.000 palabras y 11 imágenes en ADN. A ellos se sumó en 2017 un trabajo de investigadoras francesas que lograron codificar información digital en ADN sintético.
«Nuestro objetivo final es poner en producción un sistema que, para el usuario final, se parece mucho a cualquier otro servicio de almacenamiento en la nube: los bits se envían a un centro de datos y se almacenan allí, y luego aparecen cuando el cliente los quiere», apunta el investigador principal de Microsoft, Karin Strauss.
La automatización es la pieza clave de ese rompecabezas, ya que permitiría el almacenamiento a escala comercial. «Tener un sistema automatizado para hacer el trabajo repetitivo nos permite a los que trabajamos en el laboratorio tener una visión más amplia y comenzar a armar nuevas estrategias, para innovar esencialmente mucho más rápido», explica Bichlien Nguyen, investigador de Microsoft.
Su primera grabación tardó 21 horas en la que convirtió la la palabra Hello en ADN para luego devolverla a bits. El sistema automatizado de almacenamiento de datos de ADN utiliza un software desarrollado por el equipo de Microsoft y de la Universidad de Washington que convierte los unos y los ceros de los datos digitales en los As, Ts, Cs y G, que forman los componentes básicos del ADN.
Según explican a Nature Sciences Report, en formato ADN la palabra «hello» en bit es 01001000 01000101 01001100 01001100 01001111 y ocupó aproximadamente 1 mg de ADN.