Por Javier Ullé

Lausanne es una ciudad situada al oeste de Suiza, en la zona de habla francófona, y bañada por las aguas del Lago Leman. Es la sede del Comité Olímpico Internacional, y es uno de esos lugares donde las cosas sencillamente funcionan, todo guarda armonía y el grado de civismo es impresionante.

En esta ocasión me inscribí a la media maratón que lleva el nombre de la ciudad. El mismo día se celebran una maratón y una carrera de 10 kilómetros.

La media maratón tiene un recorrido que va desde un pueblecito muy cerca de Montreux (La Tour de Peilz) hasta la propia Lausanne. El trazado es espectacular, con unas vistas fabulosas del Lago Leman a un lado y al otro las terrazas de viñedos de Lavaux, que son patrimonio de la humanidad por la Unesco. La mayor parte de la carrera transcurre con este paisaje salvo cuando pasa por algún pintoresco pueblecito. De alguna manera tiene cierta similitud con la Behobia-San Sebastian.



La carrera tuvo una organización perfecta en todos los sentidos, desde la recogida del dorsal hasta la llegada a meta. El precio es caro como todo en esta ciudad: 55€, si bien lo que me llamó poderosamente la atención fueron dos cosas:

  1. No vi absolutamente a nadie correr sin dorsal, y os aseguro que llegó a ser casi como una obsesión; me decía que seguro que los suizos son civilizados pero que era imposible que no hubiera una oveja negra. ¡Pues no! Ojalá tuviéramos esa conciencia y nivel de comportamiento ético en nuestro país.



  1. Respeto absoluto a la salida por cajones. Cada uno colocado en función de los tiempos que había comunicado en la inscripción y por colores. ¡Y sin necesidad de vallado ni controles!


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Circuitos para correr

Por ejemplo, puedes empezar a la altura del Museo Olímpico y dejando el lago a tu izquierda dirección Saint-Sulpice. Es un circuito precioso con unos 13 kms (ida y vuelta), que transcurren mayormente por asfalto, pasas varios parques y pequeños puertos, y si tienes suerte y el día está despejado, disfrutarás de unas fabulosas vistas a tu izquierda de los Alpes. Todo el recorrido cuenta con buena iluminación, por lo que se puede correr sin luz natural. En cuanto a la hidratación yo no vi fuentes a lo largo del circuito.

Me pareció curioso que a pesar de que el par de días en los que estuve la climatología fue perfecta para calzarse las zapas, no me encontré con mucha gente corriendo, apenas una decena de ‘runners’ en el recorrido que os he comentado.

Hay otras zonas donde disfrutar con el ‘running’, pero ten en cuenta que esta ciudad está entre montañas y vas a tener unos desniveles importantes. Un poco al norte de la ciudad tienes el Parque de L’Hermitage, pero lo dicho, prepárate para un circuito con unas cuestas serias.

Para el post-entreno te dejo una sugerencia de un bar al lado de la estación donde tiene una muy decente variedad de cervezas de barril, se llama Les Gosses du Quebec:

Enjoy Lausanne!

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Javier Ullé, autor de este texto de #Run2Discover en la media maratón de Lausanne