La elección del terreno es una de las decisiones más importantes a la hora de calzarse las zapatillas. El asfalto es un terreno de mayor dureza que la tierra y carga más las articulaciones, asegura Tony Franco, entrenador de Running Company. Si bien es cierto que los expertos no aconsejan abusar de esta superficie, también sirve para fortalecer las piernas. Como la mayoría de carreras suelen celebrarse sobre suelo asfaltado, correr por este tipo de terrenos de manera ocasional es positivo para que los músculos se acostumbren.
“La tierra es la superficie menos dañina, pues al ser más blanda absorbe más los impactos”. Tony recomienda la tierra por encima del asfalto u otros terrenos. Además, ejercita la musculatura de los tobillos y es útil para preparar carreras en asfalto.
En opinión de Tony, las aceras son la peor opción del corredor. El paso frecuente de transeúntes y la abundancia de obstáculos y giros no favorece la práctica deportiva, además de que las aceras son más resbaladizas en caso de precipitaciones.
Zapatillas
El entrenador advierte de que el cambio de superficies es perjudicial en esta práctica deportiva. No es conveniente alternar con frecuencia entre tierra y asfalto, ya que aumentan las posibilidades de sufrir la periostitis, una lesión muy frecuente entre corredores.
Entonces, ¿hay que tener unas zapatillas que se adapten a cada uno de estas superficies? “En el caso de corredores más exigentes, sí podría ser una buena decisión”, señala Tony. Para la mayoría de corredores no haría faltar cambiar de zapatillas, pues los cauchos que incluyen amortiguan el impacto suficiente en tierra, asfalto y aceras.
Aprende mucho más sobre este tema escuchando la conversación completa de A Tu Ritmo con Tony Franco, miembro de Running Company.