“El poder de la juventud”. Así ha rematado en su portada la revista Time el nombramiento de Greta Thunberg como persona del año 2019. Una decisión que no implica un apoyo a dicha persona, sino el reconocimiento de su influencia global.
Thunberg, que cumplirá 17 años el mes que viene, aparece en las rocas de la costa de Lisboa, con el Atlántico rompiendo a sus pies, y envuelta en un halo crepuscular, casi místico, en sudadera, deportivas y con la melena desplegada. Una postura casi de batalla, que empezó con un sencillo cartel en sueco en agosto de 2018: “Huelga escolar por el clima”.
Lo que siguió fue un fenómeno viral que la elevó como una ola hacia los salones de Naciones Unidas, las cancillerías y el Vaticano. Y, sobre todo, a la cabeza de los cuatro millones de personas que se manifestaron contra el cambio climático, en todo el mundo, el pasado 20 de septiembre.
Una Juana de Arco de la era digital, en palabras de la escritora Margaret Atwood. Con un mensaje directo, hipersencillo y en opinión de muchos alarmista e injustificado, a la vista de su edad.
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La favorita entre cuatro candidatos
La adolescente sueca ha derrotado por el camino a los otros cuatro finalistas. El presidente Donald Trump, que ya fue persona del año en 2016; la lideresa demócrata Nancy Pelosi, el informante que tiró de la manta en el caso de la presión a Ucrania, y los manifestantes de Hong Kong.
Personas cuya influencia, como en el caso de Thunberg, queda evidenciada tanto por el número de aliados como de críticos.