Sin duda uno de los temas polémicos del año ha sido la subida del SMI hasta los 900 euros al mes. Entró en vigor en enero y fue la mayor de la historia, un 22,3% más de golpe. Aun así, nos deja lejos de la recomendación de la Carta Social Europea, que dice que el SMI debe ser el 60% del salario medio, es decir, 1.200 euros en el caso de España.
Esto sería subirlo un 33% desde el nivel actual y más de un 60% en el acumulado, si se lo sumamos a la subida de este año.
Es uno de los objetivos principales de Unidas Podemos y así se lo han exigido al PSOE, entre otras medidas, a cambio de su apoyo para que Pedro Sánchez consiga ser de nuevo presidente.
Polémica servida, acusaciones entre el gobierno y el Banco de España, que si va a afectar al empleo, que si no, que si es pronto para saberlo…
Pues claro, los detractores de subirlo a 900 euros, imaginamos que no estarán de acuerdo con subirlo hasta los 1.200, pero lo que ha sorprendido es una de las voces que se ha mostrado en contra.
Se trata de Carlos Martín Urriza, director del Gabinete Económico de Comisiones Obreras y encargado de los principales estudios que realiza el sindicato.
Todo comenzó por un comentario que publicó Martín Urriza en su cuenta de Twitter.
“Un SMI de 1.200 euros situaría la relación SMI/Productividad española apreciable por encima de la de Europa, lo que puede afectar a las oportunidades de empleo de los menos cualificados. El SMI ya se actualizó, ahora lo que toca es hacer el empleo estable”.
CCOO ha señalado en numerosas ocasiones este nivel de 1.200 euros como la referencia hacia la que debe ir España, pero reconoce que la subida no debe ser excesivamente rápida.
¿Cómo argumenta Martín Urriza su postura?
Según continúa explicando en Twitter, la subida del SMI a 900 euros y del salario mínimo de convenio a 1.000 euros han sido una actualización necesaria que está teniendo un efecto neto positivo sobre la creación de empleo.
Pero al ligarlo a productividad, el motivo por el que puede ser contraproducente es que si la retribución es superior a su productividad, entonces ese puesto de trabajo no será rentable y estaría en riesgo de desaparición. Algo que afectaría especialmente a los trabajadores poco cualificados.
Pero, prosigue, no se puede arreglar todo con subidas del SMI, hay otras medidas que combinadas producirían un efecto mayor a la hora de estabilizar el empleo. Entre ellas, cita eliminar los contratos temporales que producen una elevada rotación. Hay que tener en cuenta que casi 2,9 millones de ocupados tenían un contrato de trabajo a tiempo parcial en España en 2018, la cifra más alta en diez años. Además en España uno de cada cuatro trabajadores tuvo en 2018 un contrato temporal (26,9%), la cota más alta entre los países de la Unión Europea y cerca del doble que la media comunitaria, que fue del 14,1%.
Martín Urriza también señala que se debe desinflar la burbuja de precios del alquiler con una regulación que limite precios, reducir el precio de la electricidad o elevar la contribución fiscal. Y todo ello bajo el control de organismos independientes.
También critica en este mismo hilo la promesa de Pedro Sánchez de aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores del s.XXI. Dice que lo que en realidad hace falta es arreglar el desequilibrio, que afecta a trabajadores en favor de las empresas, introducido por la reforma laboral de 2012 del partido popular. Y pullita ahí a Sánchez, porque dice que aprobar ese nuevo estatuto solo serviría en caso de que “el objetivo sea parecer que se hace para no hacer nada”.
Por cierto que según acaba de publicar el INE el salario bruto por trabajador en 2018 aumentó un 0,9% respecto al año anterior y se situó en 23.003 euros, de acuerdo con la Encuesta Anual de Coste Laboral publicada ayer por el INE. El incremento del año pasado fue muy importante si se tiene en cuenta que en 2017 subió solo un 0,1% en términos interanuales y en 2016 incluso bajó un 0,3%.