El Comité Federal de Mercados Abiertos de la Reserva Federal (FOMC) decide que es el momento. Se cumple con las expectativas del mercado y se comenzarán a reducir las compras de activos a "finales del mes", en referencia a noviembre.
15.000 millones de dólares menos "engullirá" el banco central estadounidense de la economía del un país que, dice, está ya demostrando un "progreso sustancial" hacia los objetivos que se marcaron en la junta de Gobierno hace ahora un año.
Tras el estallido de la pandemia de la COVID-19, en marzo del año pasado, la Reserva Federal (FED) ha absorbido mensualmente un total de 120.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas hasta casi duplicar el tamaño de su balance, que actualmente sobrepasa los 8,5 billones de dólares.
Junto con este movimiento hacia la reducción gradual de compras de activos, la FED también ha modificado ligeramente su opinión sobre la inflación, reconociendo que los aumentos de precios han sido más rápidos y duraderos de lo que habían pronosticado los bancos centrales.
“La inflación es elevada, reflejando en gran medida factores que se espera sean transitorios”, confirman.
“Los desequilibrios de oferta y demanda relacionados con la pandemia y la reapertura de la economía han contribuido a aumentos considerables de precios en algunos sectores”, añaden en el comunicado.
Los tipos se mantienen
Respecto a los tipos de interés, deciden mantenerlos estáticos y piden no establecer una relación entre la reducción de compras y los recortes de tipos.
Así las cosas, concluye el supervisor, se harán los ajustes "que sean necesarios" en sus políticas económicas para poder mantener el buen devenir de la economía. Las compras, según el calendario de la FED, terminarían en julio de 2022.