Los líderes de España, Francia y Portugal han anunciado un acuerdo para desechar el proyecto del gasoducto MidCat en favor de un nuevo tubo submarino que conectará Barcelona y Marsella.
"Lo que han hecho ha sido adaptar la solución previa", el profesor de Tecnologías energéticas de la Universidad de Comillas-ICAI, José Ignacio Linares, ha explicado en Capital Radio cómo ha sido el camino a seguir y cuáles son las causas de este cambio.
La idea inicial, que pretendía conectar el sistema gasístico español con el francés, se rechazó porque el Gobierno español no quería hacer más inversiones en infraestructuras fósiles y "al Gobierno francés no le hacía demasiada gracia cruzar los Pirineos por temas ecológicos", ha comentado el profesor.
Con la crisis de Ucrania, el proyecto se intentó recuperar, pero, según Linares: "Francia ponía las mismas pegas y España estaba forzando la situación para interconectarse mejor con Europa". Dice el profesor que Francia "mira por su bien y quiere ser el centro del gas europeo".
En este podcast puedes escuchar la intervención completa de José Ignacio Linares en Capital, la Bolsa y la Vida:
José Ignacio Linares, Profesor de tecnologías energéticas de la escuela técnica superior de ingeniería comillas ICAI, nos cuenta qué puede suponer este nuevo gasoducto.
Finalmente, la solución acordada pasa por cambiar la situación geográfica del gaseducto. El MidCat ahora va a ser submarino. "Tampoco es un disparate", dice Linares, que recuerda que ya había un proyecto que conectaba Barcelona con el norte de Italia. Ahora, el bautizado como BarMar permite a Francia "quitarse el problema de los Pirineos" y la conexión con Marsella permite el acceso directo a la red de gas de Francia.
Objetivo 2030
"Hay que tener claro que esto no es para mañana", advierte Linares. La construcción del tubo submarino BarMar se prevé que finalice en 2030.
"El gaseducto no va a solucionar las crisis energéticas en el corto plazo", concluye el profesor de la Universidad Pontificia de Comillas.