El punto a favor de estos fondos es que no hay tantas catástrofes: "estos fondos te cubren por meteoritos, por erupción de volcanes..." apunta Gabriel López. "Las posibilidades de que ocurra una catástrofe que dé al traste la rentabilidad del fondo es de una en 200 años y lo normal es que tengamos algo fuera de lo común una vez cada 20 años", explica el analista.
Un ejemplo de fondo catástrofe es el GAM Star Fund CAT Bond Glass, que tiene una volatilidad del 1'13% y ha conseguido una rentabilidad media anual de casi el 5% en los últimos 5 años.