Es el mayor fabricante de chips del mundo y en su cartera de clientes destacan gigantes como Apple, Qualcomm, NVIDIA o Huawei. Se llama Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) y, aunque es desconocida para el gran público, podría ser una pieza clave en el tablero de ajedrez de la guerra comercial.
Desde sus cuarteles generales en el parque científico e industrial de Hsinchu, este fabricante de microprocesadores dirige un imperio con varias fábricas repartidas por Taiwán y China, pero también en Singapur y hasta Estados Unidos.
Fundada en 1987, TSMC ha sido una de las grandes responsables del desarrollo tecnológico que ha vivido Taiwán desde los años 80. En la actualidad fabrica más de 9.900 productos diferentes, con 258 tecnologías distintas que se venden a más de 400 clientes de todo el mundo.
TSMC suministra procesadores avanzados de 7 nanómetros a HiSilicon Technologies, el brazo de diseño de chips de Huawei. El veto de Alphabet y Donald Trump a los productos de la compañía china podría significar una pérdida significativa para la taiwanesa, que es responsable de los microprocesadores de gama alta, como el Kirin 980 de Huawei.
TSMC podría compensar el impacto con los pedidos de otros grandes clientes. Aunque en la presentación de sus últimos resultados advirtió de una menor demanda global de chips por las menores ventas de teléfonos inteligentes y la debilidad comercial mundial, su apuesta inversora le respalda y las casas de análisis le auguran un buen futuro.
El año pasado anunció una inversión de más de 25.000 millones de dólares en tecnología de 5 nanómetros, que permitirá fabricar chips con más potencia en mucho menos espacio. Inversiones que prometen mantenerla en el núcleo del sector de semiconductores en los próximos años. No en vano la compañía aparece entre los 10 primeros puestos de las cien tecnológicas más grandes del mundo, según Reuters.
Para el experto en tecnología Roberto Espinosa, TSCM puede ser fundamental en la disputa entre Trump y Huawei. Taiwán es un aliado histórico de Estados Unidos y está en conflicto abierto con China, por las reclamaciones constantes de soberanía de Pekín sobre la isla. Será importante vigilar el grado de presión al que ambos países pueden someter a TSMC, aunque por el momento la compañía ha asegurado que seguirá suministrando sus productos a Huawei.
En un comunicado ha argumentado que cumple con las regulaciones de control de exportación, por lo que no detendrá el plan de suministro para la compañía china, “aunque continúa evaluando el impacto de la decisión de Washington esta semana para evitar que Huawei reciba las tecnologías de EEUU”.
Además, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing Wen, está convencida de que el país puede aprovechar el conflicto entre Washington y Pekín para reducir aún más su dependencia económica de China gracias a su desarrollo tecnológico y al impulso de los productos “made in Taiwan” vendidos a otros países.