ThyssenKrupp reduce sus perspectivas para todo el año, es el cuarto aviso de beneficios bajo la dirección de Guido Kerkhoff que se enfrenta a una presión cada vez mayor por el débil rendimiento del grupo.
Se espera que el beneficio ajustado antes de intereses e impuestos, el EBIT disminuya a unos 800 millones de euros este año, por debajo de las previsiones anteriores de entre 1.100 y 1.200 millones. El grupo cita como causa la debilidad de dos de sus mercados principales: el de la automoción y el del acero.
Ahora, según el diario alemán Handelsblatt se elaborará un plan de reestructuración para la empresa. En caso de que la reestructuración no tuviera éxito o no fuera posible, se examinarían otras opciones estratégicas. "Ciertamente, vemos oportunidades para un mayor desarrollo, pero no necesariamente bajo el paraguas de Thyssenkrupp", dice Guido Kerkhoff.
Este diario añade que, al mismo tiempo, la dirección sigue adelante con la reestructuración: la sede central se racionalizará, se reducirán los costes y se dará más libertad a las empresas restantes
Resultados
El conglomerado industrial alemán registró una pérdida neta en el tercer trimestre de 94 millones de euros, algo menos que los 131 millones de euros un año antes.
"El crecimiento se vio ralentizado por un impulso económico mundial cada vez más débil, una marcada recesión en el sector de la automoción y una alta presión continua sobre las importaciones de acero", asegura el comunicado emitido por la empresa.
Las ventas netas ascendieron a 10.780 millones de euros, ligeramente por encima de los 10.770 millones de euros del mismo periodo del año anterior, según la empresa.