¿Cómo se llevan los poderosos de las grandes cotizadas? Hay relaciones de todos los colores, desde la amistad 'arcoíris' entre Warren Buffett y Bill Gates hasta la oscura relación entre Florentino Pérez e Ignacio Sánchez Galán, dos de los hombres más poderosos del entramado empresarial español.
Su guerra se remonta a 2006. Sin embargo, en las últimas horas ACS ha escrito un nuevo capítulo en esta historia de conflicto tras utilizar las palabras "repugnante" y "maniobra de distracción" al hablar de uno de los últimos movimientos de Iberdrola en esta contienda.
Te lo contamos en este podcast de Expediente Abierto.
El comunicado de ACS
La hostilidad de esta pareja tiene ya casi dos décadas de historia, pero a pesar del tiempo la lucha no ha amainado. En las últimas semanas, se publicaba en prensa que ACS estaba preparando una demanda de 2.600 millones contra Iberdrola. Ahora lo que se publica es que la eléctrica ha demandado a ACS por filtrar que estaba preparando esa acción judicial contra Iberdrola.
La constructora de Florentino ha estallado y ha emitido un comunicado escueto pero intenso. Dice que este último movimiento de la empresa de Sánchez Galán es "una maniobra de distracción" para “diluir sus responsabilidades de un hecho tan repugnante". Se refiere así al caso Villarejo.
Round 1: El asalto
Pero para entender por qué hay tanta hostilidad entre ambos gigantes del Ibex y qué fue lo que les llevó hasta el caso Villarejo debemos viajar en el tiempo hasta el año 2006, en pleno 'boom' del ladrillo.
Las constructoras como ACS o Sacyr estaban en la cresta de la ola y querían aprovechar el tirón para hacerse con el control de empresas estratégicas. En el caso de Sacyr, su 'caramelito' era Repsol. Esa historia también traería cola en el futuro. Pero a quien le había puesto el ojo Florentino Pérez era a Iberdrola.
En 2006, hace 15 años, ACS arrancaba su asalto a la eléctrica de Sánchez Galán y se hacía con un 10% del capital. No conforme con ese paquete, poco después aumentó su participación hasta superar el 12%.
La constructura de Florentino quería entrar en el consejo de Iberdrola para tener voz y voto y poder decidir en la compañía de Sánchez Galán. El gerifalte de ACS quiso conseguirlo en la Junta General de la eléctroca de 2010, pero Galán no se lo iba a permitir.
El presidente de Iberdrola vetó la entrada de ACS al consejo alegando que era una empresa de la competencia por operar en el sector de las renovables. No contento con eso, limitó los derechos de voto de ACS al 10%.
Poco después, el gigante de la construcción llevó a los tribunales lo sucedido en aquella Junta. Al cabo de un año, retornó a su ofensiva accionarial al aumentar su paquete en Iberdrola hasta el 20%.
Round 2: Villarejo
Fue por aquel entonces donde Villarejo, el excomisario, aparece en escena para investigar a Florentino Pérez y ponerle contra las cuerdas con el fin de que cesara en su asalto. Por su parte, Iberdrola niega que hiciera ningún pago al excomisario por el espionaje al presidente de ACS.
"Me sale más barato matarle"
Sin embargo, hay grabaciones del jefe de seguridad de la eléctrica con Villarejo donde el directivo dice, en relación a Florentino Pérez, que le "sale más barato matarle" o que "sería más fácil hacer un montaje con un niño o hacerle desparecer simulando un accidente".
En 2016 ACS se rindió y salió de Iberdrola en lo que ha sido calificado como una de las mayores derrotas de su historia.
Este jueves, en ese escueto pero intenso comunicado, ACS ha hecho referencia a estas grabaciones entre Villarejo y el jefe de seguridad de Iberdrola y las ha calificado de "repugnantes". Considera que "califican por si solas a quien las hace y a la compañía que le ampara".
Además, ACS confirma que no ha "comunicado a nadie" que "esté preparada una demanda contra Iberdrola", que es lo que presuntamente habría llevado a la eléctrica ahora a personarse en los tribunales contra ACS por filtrar esa información.
Pero la puntilla es la siguiente: la constructora vuelve a cargar contra Iberdrola por el caso Villarejo tras considerar que este último movimiento de Iberdrola no es más que una "maniobra de distracción" para "diluir responsabilidades ante tan repugnante hecho".