Entre los riesgos citados, Gual destaca la tendencia proteccionista de algunos países, los riesgos en algunos mercados emergentes y los geopolíticos. En clave económica, hace hincapié en las condiciones de financiación "extremadamente laxas de los últimos años", una política excepcional "que también ha tenido aspectos negativos en términos de crecimiento de la deuda en diversos países hasta niveles difícilmente sostenibles". Según el presidente de la entidad, "es un asunto que debe ser prioritario en la agenda económica de los países ya que los niveles excesivos de duda lastran el crecimiento y siembran las semillas de la inestabilidad financiera". Si bien algunos bancos centrales ya han comenzado a retirar los estímulos de forma paulatina aún "existen dudas sobre como impactarán en estos países con excesivo endeudamiento".
Respecto a la zona euro, Gual reconoce que se han reforzado en estos años las instituciones pero "hemos sido capaces de llevar las dificultades en gran medida por el Banco Central Europeo y su política de continuidad del euro cueste lo que cueste". Insiste en que este papel no debe durar siempre y mientras termina es "urgente que avancemos con decisión en la construcción de una unión monetaria completa". En este sentido, reconoce que se han hecho avances pero todavía son necesarios algunos ajustes, especialmente en "el ámbito del seguro europeo de depósitos, que sería necesario para equilibrar el terreno de juego de los bancos de la Unión y eliminar el vínculo entre riesgo soberano y riesgo bancario, lo que implica avanzar en la unión fiscal".
Jordi Gual argumenta que es importante avanzar y encontrar una "unión política y coherente con los requisitos de una unión monetaria estable y que combine dosis de solidaridad y responsabilidad y rendición de cuentas".