¿Se debe rescatar empresas y sectores afectados por la crisis? Es una pregunta que varios países ya parece que han respondido, dando pasos en esa dirección.
El último es Portugal, que ha recibido el visto bueno de la Comisión europea para ayudar con 1.200 millones de euros a la aerolínea Transportes Aéreos Portugueses (TAP). El país ya señaló que no dejará caer a la aerolínea de la que ya controla un 50%, duramente afectada por la pandemia.
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Y es que la crisis del coronavirus y cómo ha afectado a las empresas y sectores estratégicos planeta varias preguntas: ¿Se debe emplear dinero de los ciudadanos para rescatar industrias o sectores en problemas? ¿Hay que elegir unos sobre otros? Si es así, ¿bajo qué criterios? ¿Cómo afecta eso a la competencia?
Es algo que hemos hablado en nuestra tertulia con José Ignacio Gutiérrez, vicesecretario general de la Confederación de Cuadros y Profesionales y presidente de la Federación de Servicios Financieros, Juan José Rubio, decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Social de la Universidad de Castilla-La Mancha y Antonio Miguel Carmona, profesor de economía de la Universidad San Pablo CEU.
Puedes escucharlo en el siguiente podcast:
Lo hablamos con José Ignacio Gutiérrez, vicesecretario general de la Confederación de Cuadros y Profesionales y presidente de la Federación de Servicios Financieros, Juan José Rubio, decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Social de la Universidad de Castilla-La Mancha y Antonio Miguel Carmona, profesor de economía de la Universidad San Pablo CEU.
Bruselas dio luz verde a una reforma temporal de las reglas de competencia que permitirá a los gobiernos de los países miembros entrar en el capital de compañías para ayudarles a superar la crisis causada por la pandemia
Antonio Miguel Carmona, profesor de economía de la Universidad San Pablo CEU dice rotundamente que sí, y explica que en el año 2009, Estados Unidos intervino en Bank of America. Inyectó 138.000 millones dólares de dinero público para sostener la entidad.
Porque, según explica, cuando se cierra una empresa, no se vuelve a abrir y toda esa inversión en formación, en tecnología, en know how, se pierde.
España no se puede permitir perder lo que ha invertido durante décadas en el sector del automóvil. Hay que impedir que cierren las grandes compañías, porque no se puede volver a crear esa industria desde cero. Y que se enfoque al futuro, al coche eléctrico y las nuevas tecnologías.
“Sin subvenciones que vayan a parar en saco roto” debemos sostener la tecnología en nuestro país.
Problemas de compentencia
Para Juan José Rubio, decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Social de la Universidad de Castilla-La Mancha, también hay que destacar varios elementos.
Dentro de la UE habría que introducir algún tipo de garantía, para corregir las asimetrías que puedan generarse como consecuencia de las ayudas que pueda dar cada país a sus empresas.
También explica que España ha sido reticente a las ayudas de estado, porque unos gobiernos tienen más capacidad financiera que otros para acometer nacionalizaciones, “nosotros tenemos un problema serio de financiación” en este sentido.
De hecho, la propia Comisión Europea ha admitido que el desequilibrio en los rescates amenaza el mercado interior.
Y el tercer punto, sobre el que “tenemos unas experiencias malas en el pasado” y es la injerencia política en la gestión de las empresas nacionalizadas.
Por tanto señala que sí hay que mantener el tejido industrial, “sí o sí”, pero hay que hacer una selección de sectores, haciendo especial hincapié en los estratégicos, que además condicionan el resto, para evitar quiebras.
También José Ignacio Gutiérrez, vicesecretario general de la Confederación de Cuadros y Profesionales y presidente de la Federación de Servicios Financieros, se muestra partidario. “Sobre todo porque estamos hablando de sectores estratégicos”, en referencia a las aerolíneas.
Y es que es un paso que no solo ha dado Portugal. Ya lo ha hecho Francia, con Air France, Italia también con Alitalia, Alemania con Lufthansa y España ha implementado líneas de avales al grupo IAG.
“Es un sector estratégico para España, que refuerza todo el sector turístico”, pero también afecta al sector industrial aeronáutico, con Airbus como el principal suministrador de estas aerolíneas.
En este sentido es necesario mantener la presencia de países europeos en la creación de grandes empresas tecnológicas de capital europeo.
Según señala, es el momento de apoyar los sectores estratégicos de la economía europea, algo “vital en la crisis que estamos viviendo”, no solo por cuestiones de empleo, sino para no perder el ritmo del desarrollo tecnológico, frente a Estados Unidos y China.
Precisamente el ministro de finanzas francés, Bruno Le Maire, señalaba que se debe evitar por todos los medios “un estancamiento en nuestra industria frente a China y los Estados Unidos”.
Esta semana, el Gobierno francés ha anunciado un paquete de 15.000 millones de euros en ayudas al sector aeronáutico, que cuenta con 1.300 empresas en el país y genera más de 300.000 empleos directos e indirectos.
La industria española se ha visto muy golpeada, con los cierres de Nissan y Alcoa, lo que ha generado un intenso debate sobre cómo se debe apoyar a la industria de nuestro país.