Los jóvenes chinos tienen apetito por la cosmética de lujo. Ése es el principal motivo por el que despuntan hoy las acciones de L’Oréal.
El grupo desafía la desaceleración en China con unas ventas en Asia que se disparan más de un 20% gracias a que los compradores jóvenes optan cada vez más por las marcas de alta gama de la firma francesa como Lancome, Yves Saint Laurent o Helena Rubinstein. Una señal que anima también a otros fabricantes de cosmética de alta gama, como Estée Lauder, propietario de Clinique.
En Hong Kong el mercado se ha desacelerado debido a las manifestaciones prodemocráticas, pero la demanda de otras regiones ha recuperado esa situación. Beiersdorf, fabricante de Nivea, también señaló este martes que las ventas de su marca premium La Prairie habían sido más débiles en Hong Kong.
Crecimiento en perfumes
L’Oréal ha hecho fuertes inversiones en licencias de perfumes, entre ellos los de Mugler y Valentino y espera que también cosechen éxitos en los bolsillos de China. Aunque las fragancias son un negocio más pequeño en Asia, los consumidores empiezan a desarrollar un gusto por ellas.
El grupo lucha por impulsar sus marcas de mercado masivo que se venden habitualmente en supermercados, como Garnier, a medida que los consumidores optan por alternativas de cuidado de la piel de alta gama.
Su punto débil, sin embargo, está en EEUU, donde las ventas de maquillaje se han estancado.