El Banco Santander pierde 8.771 millones de euros en 2020, frente a los 6.515 millones que ganó en 2019. Los saneamientos son la gran clave que explican estos malos resultados. El banco ha asumido un deterioro de 12.173 millones en el valor de sus filiales en Reino Unido, Estados Unidos y Polonia. También, debido a la pandemia, Santander ha aumentado considerablemente las provisiones.
Son las primeras pérdidas de la historia de la entidad. Los resultados están por debajo del consenso del mercado.
Las cifras del cuarto trimestre tampoco han alcanzado lo esperado. El Banco Santander ha obtenido 277 millones de euros de beneficio, lo que supone una reducción del 90% en las ganancias en comparación con el cuarto trimestre del año 2019.
La entidad logra su objetivo de beneficio ordinario
Pese a los malos resultados, la entidad sí que ha logrado uno de sus objetivos, superar los 5.000 millones de euros de beneficio ordinario anual, con un total de 5.081 millones. La cifra supone un 38% menos en euros constantes. La reducción se debe, también, al aumento de provisiones vinculadas a la pandemia.
Desde la entidad también se destaca que, a pesar del difícil entorno, el margen de intereses y los ingresos de clientes se mantuvieron estables en 31.994 y 42.009 millones de euros en el año, respectivamente, gracias al crecimiento del 6% de clientes vinculados, hasta 22,8 millones.
El margen neto, es decir, el beneficio antes de provisiones, aumentó un 2% en euros constantes, hasta 23.633 millones de euros
La solvencia del Banco Santander, medida por el ratio de capital de máxima calidad CET1 subió hasta el 12,34 %, por encima del rango objetivo del 11-12 %.
La ratio de morosidad cayó 11 puntos básicos en el año, hasta el 3,21%, mientras que la ratio de cobertura fue del 76%.
Novedades respecto a los dividendos
El consejo de administración ha anunciado que tiene la intención de recuperar un payout de dividendo en efectivo del 40-50% del beneficio ordinario en el medio plazo.
Sobre la remuneración con cargo a los resultados de 2021, la intención de la entidad es volver a pagar dividendos cuando la recomendación del BCE lo permita.
A este respecto, el BCE ha manifestado que tiene la intención de revocar esa recomendación el próximo septiembre si no se producen circunstancias adversas relevantes. Mientras tanto, y en línea con lo anunciado en abril de 2020, la política de dividendos se mantiene suspendida.