La industria de la moda es una de las más contaminantes y eso presiona cada vez más a las compañías textiles. En un momento en el que el consumidor está cada vez más concienciado con el medio ambiente, no interesa mostrar una imagen perjudicial hacia el planeta. Y eso H&M lo sabe muy bien.
Usar bacterias en vez de químicos para teñir la ropa. Es la propuesta de una startup británica llamada Colorifix, que desde ahora cuenta con el respaldo económico de la firma de moda sueca.
El método consiste en aprovechar los colores brillantes de las aves y las mariposas para que unos microorganismos los recreen en la tela. Colorifix cosecha un gen de color en la naturaleza y lo inserta en una célula bacteriana. Engaña a esa célula para que se llene con el color y se duplique. Durante el proceso de teñido, las células saltan sobre la tela y liberan el tinte sobre ella. Después, la solución se calienta para matarlas.
El teñido, uno de los procesos más contaminantes
El teñido común, con pigmentos sintéticos, involucra grandes concentraciones de químicos peligrosos como el cromo y otras sales de metales pesados y consume grandes cantidades de energía y agua. Sus aguas residuales son una gran fuente de contaminación.
El método de Colorifix no usa productos químicos peligrosos y reduce el uso de agua hasta en un 90% dependiendo del equipo, pigmento y tela y se lleva a cabo a temperaturas más bajas que el teñido común.
La startup está a punto de lanzar ensayos a escala industrial en asociaciones con grupos de moda, entre ellos H&M. Si fuesen un éxito, Colorifix espera lanzar comercialmente sus lotes de bacterias de 5 ml llenas de color en 2020. Los desafíos ahora pasan por crear nuevos matices bajo pedido, mantener los estándares de los procesos actuales y costes bajos.