No recordábamos caídas similares en un solo mes desde la crisis financiera. Este mes de noviembre de 2018 ha sido el peor, el de mayores caídas, de los últimos diez años para dos de los activos estrella del mercado: las acciones de Apple y el barril de petróleo. En ambos casos los recortes rondan el 20%. Las caídas empezaron el mes anterior, octubre, pero resulta curioso que cuando empezó el descenso de octubre, Apple acababa de marcar un máximo histórico en bolsa con una capitalización récord de 1,12 billones de dólares y el petróleo disfrutaba de precios máximos de los últimos cuatro años.
¿Qué reflejan las bajadas de precios de las acciones de Apple y del petróleo? Uno de los grandes temores del mercado es que tanto la empresa de Cupertino como el barril de crudo estén mostrando a través de las caídas, que entramos en una fase más grave de desaceleración económica mundial, lo que acarrearía sin duda un descenso de la demanda. Pero a este temor global debemos sumar la casuística concreta de cada activo: en el caso de Apple el problema sería un mercado saturado de smartphones donde es más complicado absorber los nuevos lanzamientos de Iphones más sofisticados y el daño que le hace al sector tecnológico la guerra comercial entre EEUU y China, y en el caso del barril de petróleo el problema sería una sobre oferta en el mercado (generada en parte por la producción vía shale oil unida al hecho de que no ha bajado tanto la exportación de petróleo en Irán como se esperaba, tras la entrada en vigor de las sanciones de Estados Unidos al país).
¿Continuará el descenso?
Que continúe o no el descenso de precio de estos activos en diciembre dependerá de si la economía global se sigue desacelerando, de si hay o no acuerdo en el G20 sobre la guerra comercial, de si crece la tensión o se calma cuando el Parlamento británico vote el acuerdo del Brexit y de si el recorte de producción de petróleo que podría acordar la OPEP el 6 de diciembre es o no suficiente.