Ante estos datos, nos preguntamos si su nuevo iPhone 7 logrará mantener este ritmo de ventas o si, por el contrario, marcará el descenso del que hasta ahora ha sido el producto estrella de la compañía de Cupertino.
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Y es que Apple tiene algunos desafíos al frente. Uno de ellos es China, donde las ventas de iPhones han caído durante su tercer trimestre fiscal y donde no se le ha dado demasiado bombo al lanzamiento del nuevo dispositivo. El gigante asiático mira también por su mercado de smartphones, y los consumidores chinos apuestan por los productos locales, como Huawei o Xiaomi.
A ello hay que añadir que los consumidores esperan cada vez más antes de reemplazar sus viejos teléfonos. Y los rumores apuntan a que el iPhone del año que viene será mucho mejor que el de este año. Puesto que en 2017 la compañía celebrará 10 años desde el lanzamiento del primer iPhone y todas las expectativas apuntan a que el iPhone de ese año, supuestamente el iPhone 8, será toda una declaración de intenciones.