Desde el estallido de la pandemia a principios de 2020 y especialmente debido a las prohibiciones de abandonar el país que adoptaron los estados durante los meses posteriores, el turismo rural se ha revalorizado. Con los datos de 2023 en la mano, podríamos hablar de una industria en auge ya consolidada. Con el gasto medio por persona en 84 euros, un 3,7% por encima del de 2022. Sin embargo, las reservas para el puente del Primero de mayo están al 45% en las zonas más solicitadas, por el 25% de otras menos concurridas. El turismo rural encara el puente de capa caída.
Las reservas para los próximos festivos apenas alcanzan el 45%, un 30% menos que en las mismas fechas de hace un año
La fecha y el tiempo, los grandes culpables
Los datos están ahí, pero es cierto que este año el Primero de mayo cae en miércoles, y sólo la comunidad de Madrid, donde el 2 de mayo es festivo, puede disfrutar del puente. El año pasado la tasa media de ocupación alcanzaba el 75% en estas fechas.
Más allá del calendario, mirar al cielo no ayuda. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMet) ha pronosticado inestabilidad y precipitaciones en el noroeste peninsular, Cataluña y Baleares hasta el domingo.
Los viajeros, además, comienzan a adelantar sus reservas para las vacaciones de verano, con lo cual se retrasan las de este festivo. Desde el sector, no obstante esperan que las reservas de última hora repunten.
La realidad es bien diferente en función del área geográfica que se analice. Así, las comunidades con costa son las que acumulan más reservas. Canarias roza el 60% de ocupación, mientras que Aragón está en un modesto 25%. Los destinos más demandados, con los factores explicados, son los que están más cerca de Madrid. Es el caso de Ávila, Segovia y Teruel. Mientras que los de más ocupación son Las Palmas, Navarra, Asturias, Málaga y Barcelona.