Durante la madrugada del domingo al lunes viviremos una Super Bowl histórica. La final de la NFL que enfrenta a Kansas City Chiefs contra San Francisco 49ers promete romper varios récords económicos. La 58ª edición de este evento, que tendrá lugar en Las Vegas reportará 23.100 millones de dólares en apuestas. Representa un aumento del 35% con respecto a la anterior.
La Asociación Americana de Apuestas estima que casi 68 millones de estadounidenses realicen, al menos, una apuesta. Entre las más llamativas, las que tratan de adivinar el color de la bebida del equipo vencedor, las canciones que interpretará el rapero Usher en la actuación del descanso, o las veces que aparecerá Taylor Swift en la retransmisión.
La final de la NFL entre Kansas City Chiefs y San Francisco 49ers reportará 23.100 millones de dólares en apuestas y cobrará las entradas más caras
Pero hay más. Los espectadores de la final pagarán las entradas más caras de la historia por ver en directo el partido. El escenario, por primera vez Las Vegas, y las esperanzas de los aficionados de los 49ers de revertir su derrota de 2020 ante el vigente campeón ha disparado la demanda.
StubHub, una plataforma de reventa de entradas, prevé que podría ser la Super Bowl más cara de la historia. El precio medio de cada ticket ronda los 8.600 dólares.
La NFL se plantea la entrada del capital riesgo
La National Football League fue responsable de 93 de las 100 retransmisiones televisivas más vistas el año pasado, y generó unos ingresos de casi 20.000 millones de dólares. Entre 2020 y 2023, Covid de por medio, el valor de las franquicias se incrementó casi un 70%. Aunque en la gran competición de fútbol americano no todo es de color rosa.
El crecimiento ha enriquecido a los propietarios de las franquicias, pero también ha incrementado el apetito de los fondos de capital riesgo, que buscan entrar en la liga. Lo cierto es que las franquicias se enfrentan al envejecimiento de los propietarios, que rondan los 72 años de media, y las altas cargas impositivas a la sucesión de patrimonios que impuso el Gobierno de Trump (del 40%), dificultan las tareas de sucesión en una competición históricamente dominada por las familias propietarias.
El pasado septiembre, la NFL formó un comité especial de cinco propietarios para estudiar el fin del bloqueo a los fondos de capital riesgo.
Durante décadas la NFL exigía que una sola persona poseyera al menos el 51% de cada equipo. Un porcentaje que se redujo al 30% en 1985, y en los últimos 20 años, se ha reducido esa imposición.