"Soy una luchadora y no una desertora", palabras de la hasta este jueves primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, hace unas horas en la Cámara de los Comunes en el Palacio de Westminster.
Gritos, chillidos, empujones, agresiones físicas y verbales, diputados obligando a otros a votar, otros saliendo en directo acusando al gobierno de hundir el país y el partido. Este es el Reino Unido que se vive a estas horas en Londres con conservadores que llaman a arreglar la economía y, entonces, adentrarse en la guerra del liderazgo tras el colapso por el que la oposición pide elecciones generales. Un colapso que ha llegado antes de lo previsto.
Keir Starmer, con dos puntos de ventaja más que ayer en las encuestas, dice que no se puede ir a más.
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Poco menos de dos meses ha durado al primera ministra al frente de un país a la deriva fruto del Brexit por otra rebelión de su partido
Kwasi Kwarteng, el ministro de Economía, el jueves pasado con la BBC en Washington cuando se reunión con el Fondo Monetario Internacional.
Allí decía que ni él abandonaría la cancillería y, mucho menos, la cartera de Economía del país y que Liz Truss sería primera ministra de aquí a una semana. Kwarteng pasará a la historia por ser uno de los ministros más breves de la historia del país - su jefa se irá tras 51 días en el cargo -, pero también, seguramente, por no ser el que tantas veces se equivocó en tan poco tiempo que su palabra queda en papel mojado.
El caso es que 24 horas después de esas palabras, Liz Truss le hizo dimitir. Ella se ha ido hace unas horas decía que no puede seguir así - sin apoyos parlamentarios - después de que el presidente del Comité de 1922 sir Graham Brady le dijera que no va más y que se fuera porque entre los gritos, chillidos, empujones, agresiones físicas y verbales, diputados obligando a otros a votar, otros saliendo en directo acusando al gobierno de hundir el país y el partido, ella no podría mantenerse durante mucho más tiempo.
Dice que la eligieron para poner orden y mantener en pie el plan de bajas de impuestos que se presentará, según está previsto, el próximo 31 de diciembre porque el país crece poco a las puertas del gran caos del que hablaba una diputada tory a primera hora en SkyNews y un líder de la oposición, un Keir Starmer que pide elecciones generales.
Las encuestas de hoy le dan a su partido hasta 30 puntos de ventaja sobre los conservadores. Dos más que ayer. Truss, recordamos, pasará a la historia como ‘la breve’ aunque fue quien dobló la página de la historia del Reino Unido de la última década.
Los tories derrocaron a su anterior líder en apenas 72 horas, Boris Johnson, con dimisiones en cascada que acabaron con dos nuevos candidatos - exministro y fiel titular de Exteriores - en guerra declarada.
Rishi Sunak y Liz Truss supieron en menos de 72 en unas horas quién se queda al frente de una de las economías más potentes de todo el viejo continente porque aunque el Canal de La Mancha los separe, los británicos - geográficamente, al menos - siguen siendo europeos. Truss consiguió vencer, pero ahora se va aunque se mantendrá en el cargo "hasta que haya un relevo".
La crisis política ha terminado de agravarse después de la dimisión de Suella Braverman como ministra de Interior y el caos durante una votación parlamentaria este miércoles en la que decenas de diputados conservadores no cumplieron la disciplina de voto.
Truss asumió el cargo el pasado 6 de septiembre tras imponerse en las elecciones internas del Partido Conservador para suceder a Boris Johnson gracias al voto de las bases –la votación de los diputados conservadores la ganó su rival, el exministro de Economía Rishi Sunak– con la promesa de rebajar los impuestos, una estrategia que se ha visto obligada a dar marcha atrás.
A la carrera quedan ahora varios nombres para una sucesión rápida que, en ningún caso, parece que vaya a producirse mediante unas elecciones generales donde el líder de la oposición, Keir Starmer, y según las encuestras, podría llegar al 10 de Downing Street.
Jeremy Hunt, valor seguro
En la carrera varios nombres entre los que parte como favorito el recién nombrado responsable de las finanzas del país, Jeremy Hunt, quien se le ve como una de las figuras más poderosas del Gobierno y que se verá su aguante una vez presente su plan económico para tranquilizar a los mercados.
Visto por muchos en su partido como un seguro, Hunt ha intentado dos veces sin éxito convertirse en líder de los tories tras haber sido responsable de las carteras de Relaciones Exteriores, de Salud y de Cultura.
En las anteriores primarias de las que salió Liz Truss vencedora, Hunt respaldó la candidatura de Rishi Sunak tras haber sido eliminado en la primera de las votaciones. Se presentó también en 2019 , pero perdió ante Boris Johnson con un 34% de los apoyos del partido.
El caso Sunak
La excanciller y perdedor en las primarias, Rishi Sunak, es en cualquier caso la apuesta del partido si Truss dimite o los conservadores se deciden a reemplazarla. Es lo que están diciendo a esta hora los medios británicos que será la opción más segura.
Advirtió a su rival que sus planes de reducción de impuestos enviarían a la economía a la caída libre, y la acusó de poner en marcha "economía de cuento de hadas" mientras prometía recortes de impuestos sin fondos con los que sufragarlos.
Ben Wallace, favorito sin ganas
Entremedias, podría volver el preferido por las bases, Boris Johnson, según varios informes del Partido Conservador, esta posibilidad no se desecha. En las apuestas también está el extitular de Defensa, Ben Wallace, que cuenta con un amplio respaldo de la calle con el que cuenta por el papel que ha desempeñado en el apoyo del Reino Unido a Ucrania.
Lo que se desechan son las urnas y Reino Unido, cada vez más, vira hacia un modelo de gobierno ingobernable al más puro estilo Berlusconi en Italia.