Lo curioso es, que en este entorno de subidas en los activos de riesgo, los activos refugio también despuntan. Vemos cómo el oro acumula una subida del 4,5% desde finales de diciembre, cómo la apetencia por el dólar también crece y cómo los bonos, lejos de subir en rentabilidad, caen, y suben de precio.
El escenario que se nos plantea es el de una auténtica paradoja en el mercado. Porque mucha confianza en la economía no habrá cuando vemos que el repunte en los activos de riesgo va acompañado de un hambre inversora en los activos refugio. Una paradoja de la que hablamos con Javier Molina, desde eToro; Carlos Doblado, desde Agora Asesores Financieros EAF y Javier Ferrer, de Ahorro Coporación.
Si nos centramos en el bono americano, su rentabilidad ha caído un 17% desde su último pico a principios de octubre. Y lejos de subir tras la recuperación de las bolsas desde los mínimos de diciembre, ha seguido con su descenso. Los bonos no acompañan como es habitual al comportamiento de la renta variable.
Lo mismo vemos con el activo refugio por excelencia en Europa: el bund alemán. En estos últimos meses, el bono a 10 años de Alemania se ha convertido en el objeto de deseo de aquellos inversores que buscan protección. Esa necesidad de refugio es más que palpable al observar que su rentabilidad ha caído más de un 50% desde el mínimo que tocó el pasado 27 de diciembre.
Una auténtica paradoja. Éste es el escenario actual de un mercado que desconfía de las subidas de las bolsas y que lo demuestra con su apuesta por los activos refugio.