2019 ha arrancado como un año dorado. Los inversores asiáticos recurren cada vez más al oro como activo refugio en medio de la incertidumbre geopolítica mundial y esto ha hecho que la ratio oro/plata, que mide el número de onzas de plata que se necesitan para adquirir una de oro, se haya disparado a niveles máximos desde la quiebra de Lehman Brothers.



En concreto, el oro se encamina a su máximo relativo de julio de 2016, en los 1.375 dólares la onza, una zona que no ha conseguido superar desde entonces. Para Gerardo Ortega, director de Tradersecrets, si el oro rompe esa zona muchas casas de análisis considerarían eso como una clara señal de compra.

Aunque los precios del oro y la plata tradicionalmente van de la mano,  el oro ha cogido tanta carrerilla que difícilmente la plata puede seguirle el ritmo. Actualmente, el oro se mueve por encima de los 1.300 dólares la onza, supera en más de 80 veces el precio de la plata, por encima de los 15 dólares.

Precisamente, como ambos activos están tan relacionados que se mueven en la misma dirección, Gerardo Ortega lanza un mensaje de cautela: a la plata le queda mucho recorrido para alcanzar su máximo relativo en comparación con el oro y eso podría ser un primer signo de que la actual tendencia alcista puede entrar en una fase de reacción. Esa corrección que menciona Gerardo Ortega es la que aprovecharía José María Rodríguez, desde Bolsamanía, para tomar posiciones en el oro.

El precio del oro y la plata históricamente han seguido un recorrido similar. Ambos suelen moverse al unísono y es por eso por lo que a menudo uno se toma como referencia para intuir cómo se comportará el otro. Sin embargo, en momentos de crisis los inversores se decantan más por el oro y esto es lo que hace que la ratio entre ambos metales suba como vemos ahora.

Aunque los analistas técnicos hablan de correlación entre estos dos activos, en el sentido de que los metales suelen moverse en la misma dirección, de forma muy estrecha, Alberto Iturralde, desde diasdebolsa.com, incluye un matiz. Para el analista, hay que diferenciar entre relación y correlación.

Según el Consejo Mundial del Oro, este metal será un elemento fundamental para proteger las carteras de inversión en 2019, sobre todo por parte de los chinos, que cada año consumen más este metal: en 2018, el consumo de oro subió casi un 6% hasta las 1.150 toneladas. Ese consumo podría aumentar considerablemente en función de cómo avancen las relaciones con EEUU. A esta hambre asiática se suma el impacto de la Reserva Federal de EEUU, que con su cautela ante la próxima subida de tipos ha elevado el interés de muchos inversores por el oro.

Todos estos factores monetarios y políticos prometen un año en el que el precio del oro brillará con fuerza.