No es lo mismo trabajar en China que en Japón, como tampoco es lo mismo hacerlo en España y en Francia. La situación laboral es distinta y “existen marcadas diferencias en cuanto a horas de trabajo, importantes niveles de trabajo intensivo y emocionalmente exigente”, señala la OIT en el informe Condiciones de trabajo desde una perspectiva mundial.
Este documento ofrece el primer análisis comparativo de las encuestas sobre la calidad del empleo realizadas en 41 países, sobre todo en los últimos cinco años. Comprende los 28 países de la UE, China, la República de Corea, Turquía, los Estados Unidos, la América Central hispanohablante, Argentina, Chile y el Uruguay.
“Las condiciones no son solo los salarios o los déficits de la contratación”, apunta Joaquín Nieto Sáinz, director de la Oficina de la OIT para España. Hay marcadas diferencias entre países en cuanto a las horas de trabajo: una sexta parte de los trabajadores de los países de la UE trabaja más de 48 horas semanales, mientras que ese porcentaje es del 50% en la República de Corea, Turquía y Chile. En todos los países encuestados, al menos el 10% de los trabajadores trabaja en su tiempo libre.
“Hay datos que mejorar y mucho recorrido, algunos de los riesgos que hacen que el trabajo sea más penoso están creciendo”, añade Nieto. Más del 50% de los trabajadores declararon realizar tareas que suponen movimientos repetitivos de manos y brazos. Alrededor de una cuarta parte dio cuenta de exposición frecuente a altas temperaturas en el trabajo, y casi la misma proporción indicó lo mismo con respecto a bajas temperaturas. “Europa está mejor, pero no tan bien como pensamos”