Las empresas con factoring están mejor preparadas. El motivo: "pueden obtener financiación sin perder tiempo y con costes previamente establecidos y conocidos por ellos". Unos costes que dependen de algunas variables, entre las cuales está el riesgo de la empresa y del pagador.
¿Cómo funciona? La empresa proveedora del servicio de factoring estudia el riesgo de la empresa y el pagador en un período de unas 2/3 semanas, y "una vez aprobadas esas líneas de financiación la empresa puede financiar esas facturas en cualquier momento". Esa es una de las ventajas: "es muy ágil, rápida y permite mucha flexibilidad".