China ha dado un golpe sobre la mesa para convertirse en el mayor fabricante del mundo. El gigante asiático ha sacudido el mundo del automóvil dos veces este año. En primer lugar, sus vehículos fueron tendencia en el Salón del Automóvil de Shangai por su calidad, sus prestaciones pero, sobre todo, su precio. Pero el gran golpe, el truco final, es que durante el primer trimestre de este año se ha convertido en el mayor exportador de automóviles del mundo por delante de Japón.
Escucha el Foco de Mercado Abierto con Pedro Díaz:
El gigante asiático se ha convertido en el mayor exportador de automóviles del mundo por delante de competidores como Japón o Corea del Sur.
¿Cuál es el secreto?
La clave reside en saber combinar la política industrial, el proteccionismo y el dinamismo competitivo local.
En 2009, China comenzó a otorgar generosos subsidios a los compradores de vehículos eléctricos. La contratación pública de taxis y autobuses se centró en los vehículos eléctricos, se subvencionaron los cargadores y los gobiernos provinciales aportaron capital para la extracción y refinación de litio para baterías de vehículos eléctricos.
La industria de los vehículos eléctricos pasó de ser un proyecto de política industrial de nicho a un ecosistema en expansión de empresas predominantemente privadas. Gran parte de esto sucedió por debajo del radar occidental mientras China estaba aislada del mundo debido a las restricciones de Covid-19.