Con la llegada del 2022, da comienzo el plazo para solicitar los fondos Next Generation EU. En España, ya se han cumplido algunas de las condiciones requeridas, pero quedan otras por cumplir.
Estos fondos incluyen 10 PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica). Además, hay una exigencia por la cual el 30% de los fondos europeos lleguen a las PYMES. ¿Son suficientes estos planes para nuestro país? ¿Es fácilmente accesible para el tejido empresarial español?
A todas estas preguntas nos responde una de las grandes expertas en esta material en la Entrevista Capital de este martes. Nos acompaña Paloma Baena, directora senior de Next Generation EU en LLYC.
Hablamos con Paloma Baena, directora senior de Next Generation EU en LLYC, para conocer en profundidad cómo España puede beneficiarse de estos fondos europeos.
Febrero es el límite que tienen los países europeos para solicitar las ayudas y julio para resolver las concesiones. "Estamos entrando en un año clave para la ejecución del plan", sostiene Baena. Hasta la fecha, España ha cumplido con los plazos estipulados hasta el punto de convertirse en el primer país de la Unión Europea en firmar el acuerdo operativo. Además, ha recibido ya su primer desembolso por cumplir con todos los objetivos pactados hasta junio del 2021.
LLYC considera importante recalcar que este es un plan que funciona por objetivos, tanto de reformas como de inversiones. Conforme estos se van alcanzando, los desembolsos se van produciendo. "Tenemos un calendario de ocho pagos y quedan siete por hacerse". No obstante, este calendario es orientativo porque los pagos dependerán del avance que consiga España en las reformas o inversiones con las que se ha comprometido.
"La única fecha límite es la impuesta por la Comisión en diciembre de 2026", señala Baena. Hasta entonces, España tiene previsto en este recién estrenado 2022 alcanzar dos desembolsos, referidos a la reforma de las inversiones a diciembre de 2021 y a junio de 2022.
¿Cómo cumplir con estos plazos?
Baena enumera tres requisitos necesarios para seguir la senda prevista. En primer lugar, "acelerar las convocatorias" para que se abran lo antes posible. A su vez, potenciar la presentación de proyectos. "Son convocatorias complejas y en ocasiones muy atomizadas". Y, en tercer lugar, "nos preocupa la capacidad de la Administración para dar respuesta a la ejecución del Plan".
En definitiva, "es un año de mucho volumen de convocatorias donde la capacidad de la Administración se va a ver testada".