El conservador Partido Moderado obtiene el 19,6% de los votos, sus peores cifras desde 2002. Junto con la Alianza de derechas obtienen el 40,3% de los apoyos o 143 escaños. La mayoría para gobernar está en 175, por lo que el partido de Akesson será clave para la formación de Gobierno.
"Lo más responsable ahora, no es especular, no es que los diferentes partidos se encierren en posiciones, sino que dejen que la fuerte maquinaria democrática sueca se abra paso. Nos quedan dos semanas para la apertura del Parlamento. Trabajaré con calma, como primer ministro", ha asegurado Löfven, después de negarse a dimitir como le pedían los conservadores.
El proceso de formación de un gobierno estable en un Parlamento podría durar semanas e, incluso, terminar potencialmente en un fracaso. La enemistad entre los dos principales bloques políticos ha definido la política sueca durante décadas y el ascenso del SD -durante mucho tiempo un grupo paria en el Parlamento- ha complicado aún más el panorama.
El éxito del SD llega tras un aumento en la popularidad otros partidos de extrema derecha en Europa, en medio de una creciente polémica sobre la identidad nacional, los efectos de la globalización y los temores a la inmigración tras los conflictos armados vividos en Oriente Medio y África del Norte.
La elección se sumará a las preocupaciones de Bruselas, ya que la Unión Europea entrará ahora en modo campaña antes de las elecciones al Parlamento Europeo de mayo, que podrían dar más voz a los grupos euroescépticos y frustrar los esfuerzos por aumentar la integración en el bloque.