Grecia se ha enfrentado este martes a una prueba de fuego sobre su credibilidad: ha lanzado la primera subasta de bonos a 10 años desde que el país fue rescatado por primera vez en el año 2010. Y parece que el país de Tsipras convence: la subasta ya ha cerrado con un cupón del 3,9% y una demanda final de 11.800 millones de euros a pesar de que la última valoración de su deuda por Moody's fue de 'bono basura'.
Parece que Grecia empieza a convencer nueve años después de la gran crisis de deuda soberana de 2009, cuando una agencia de calificación valoró su deuda como ‘bonos basura’ dejándoles sin acceso a los mercados y obligando al país a convertirse en el primero de la eurozona en recibir un rescate internacional por un monto de 110.000 millones de euros. Solo dos años después, en 2012, volvió a ser rescatado con 130.000 millones de euros y de nuevo una vez más en 2015 cuando se inyectaron en sus cuentas unos 90.000 millones.
El éxito también lo ha celebrado Alexis Tsipras, el primer ministro griego, que ha dicho hoy que eso demuestra que el país ya ha conseguido pasar página después de haber sufrido una tremenda crisis que se llevó consigo un cuarto del valor de la economía griega.
Eso teniendo en cuenta que la subasta ha abierto los libros a las 07.50 GMT con una oferta sindicada de al menos 2.000 millones de euros. Para ello ha contratado a los bancos BNP Paribas, Citi, Credit Suisse, Goldman Sachs y JP Morgan.
Después de terminar el programa de rescate el pasado verano, Grecia ya tanteó al mercado en enero con una emisión de bonos a 5 años de 2.500 millones de euros y el éxito de esa subasta allanó el camino para la emisión de bonos a 10 años.
Las acciones y los bonos griegos se han recuperado este año. La Bolsa de Atenas sube más del 15% y la rentabilidad de los bonos del Estado a 10 años está por debajo del 3,7%. Recordamos que el rendimiento alcanzó un máximo de alrededor del 37% en el punto álgido de la crisis de la deuda en 2012, justo antes de que Grecia incumpliera con el pago de su deuda con acreedores del sector privado.
La última vez que el país vendió bonos a 10 años fue en marzo de 2010, con un cupón del 6,25%, cuando estaba en pleno ojo del huracán después de que un nuevo gobierno revelara que su predecesor había ocultado la verdadera magnitud de su déficit presupuestario.
En 2017 emitió deuda de vencimiento similar pero formaba parte del plan de reestructuración de la deuda.
El impulso definitivo a esta nueva emisión se lo ha dado Moodys después de que el pasado viernes elevase la calificación crediticia soberana de Grecia dos escalones de B3 a B1, aunque todavía está cuatro niveles por debajo del grado de inversión.