El vicepresidente del Gobierno de Italia, Matteo Salvini cree que es "un deber" que redistribuyan una parte de "los millonarios beneficios obtenidos durante el primer semestre del año" entre los ciudadanos, quienes, señala, son los que más han sufrido las consecuencias de las políticas restrictivas del Banco Central Europeo.
En una entrevista a Rai, la radio pública transalpina, ha explicado que el objetivo de este impuesto extraordinario a la banca es: "confirmar el aumento de los salarios y de las pensiones también de cara al próximo año".
De esta forma, los ingresos irán destinados a quienes tengan hipotecas que aumenten "desproporcionadamente" debido al aumento de los tipos de interés del Banco Central Europeo. Además, se incluirá en la ley de Presupuestos para confirmar la bajada de impuestos y el aumento de los salarios, según el líder de la Lega.
¿Marcha atrás al nuevo impuesto?
Tras la pérdida de más de 9.000 millones de euros de capitalización en los mercados de las entidades bancarias tras el anuncio del nuevo impuesto a la banca, el Ejecutivo italiano ha tenido que dar un paso atrás en sus intentos de imponer un impuesto especial para gravar los beneficios extra.
El martes por la noche, la Administración Meloni aprobó una modificación por la que el impuesto no podrá superar el 0,1% de los activos de las entidades, lo que garantizará, según el ministerio de Finanzas: "que los bancos no sufrirán un impacto significativo como consecuencia de la norma".