Se reduce la necesidad de emitir deuda por varios factores:
- Un comportamiento mejor de lo previsto de los ingresos tributarios
- Menores gastos de caja en algunas partidas, como el FLA, porque algunas CCAA han acudido al mercado para complementar su financiación
- Una gestión más eficiente de la Tesorería (no acumular gastos innecesarios)
Gracias a esos 5.000 millones menos de emisión, el Estado se ahorra unos 1.500 millones de euros en términos de caja, tal y como ha señalado Carlos San Basilio, secretario General del Tesoro y Financiación Internacional.
Debido a esas menores necesidades de financiación, el Tesoro no convocará la subasta prevista para el próximo 13 de diciembre. Por eso, da por terminado el programa de emisiones de este año, aunque no ha ofrecido ningún adelanto sobre las expectativas de cara a 2019.