Sudáfrica necesita más inversión extranjera directa como fuente estable de financiación, pero las entradas están disminuyendo desde 2014 y han sido relativamente bajas desde 2008. La vulnerabilidad al cambio en el sentimiento del mercado también es visible en el tipo de cambio. Históricamente, el rand es una moneda volátil y se ha depreciado desde 2012. Para frenar las presiones inflacionarias causadas por los mayores costos de importación se requería apoyo para la moneda. El Banco Central de Sudáfrica ha aumentado gradualmente la tasa de interés de 2014 a 2016 en 200 puntos básicos hasta el 7%.
El crecimiento del tipo de interés funcionó como apoyo a la moneda. Sin embargo, el Banco Central de Sudáfrica afronta ahora un dilema. Por un lado, la caída de la inflación, que se espera que caiga dentro del objetivo del 3%-6%, y la debilidad económica podrían impulsar al Banco Central a reducir los tipos de interés en los próximos meses para apoyar la economía. Por otro, el rand está respaldado por los altos tipos de interés de Sudáfrica y la búsqueda de rentabilidad está atrayendo a inversionistas extranjeros. Por lo tanto, es necesario mantener un diferencial de tasas positivas con los Estados Unidos para atraer inversiones en cartera extranjera.
Sudáfrica constituye uno de los cinco mercados emergentes más vulnerables a los cambios en los flujos de capital debido a su déficit en cuenta corriente y a su dependencia de las inversiones de cartera. A pesar de las vulnerabilidades y desafíos, Sudáfrica tiene una serie de puntos fuertes. El sector bancario es sólido y bien capitalizado. El marco macroeconómico está bien desarrollado, la adhesión al imperio de la ley es un pilar fundamental de la fortaleza de las instituciones y el Banco Central es independiente. Aunque la deuda pública ha aumentado bruscamente y es alta, la deuda en moneda extranjera es baja, lo que mitiga el riesgo cambiario.