China no se queda de brazos cruzados ante el anuncio de Trump de imponer nuevos aranceles a un 25%. El país asiático ha asegurado que tomará medidas de inmediato e impondrán unas tarifas de valor similar a las americanas. El Ministerio de comercio chino ha añadido que no quiere iniciar una guerra comercial, pero no tiene más remedio.
Además, China ha hecho un llamamiento a los demás países para tomar medidas ante lo que llama una conducta “retrógrada y antigua” por parte de Estados Unidos. El gigante asiático recalcó que los pactos alcanzados las últimas semanas quedarán invalidados y los medios de comunicación chinos han declarado que "cierta gente quiere sujetar la vara de la hegemonía en China con tarifas para sus propios intereses y solo acabará hiriéndose a sí mismo".
Donald Trump había ratificado el viernes su decisión de imponer aranceles del 25% a importaciones chinas por valor de 50.000 millones de dólares. Las explicaciones que daba el presidente de EEUU era que China utiliza prácticas comerciales injustas como el robo de propiedad intelectual o tecnológica. Estos planes ya los había avanzado en marzo de este año, pero se había disipado desde entonces un poco el “espectro” de la guerra comercial, hasta la semana pasada, cuando Trump decidió imponer estos aranceles.
La lista se compone de 1.102 productos chinos, de los cuales 818 llevarán este arancel del 25%. Coches chinos, bombas de combustible o discos duros, estos productos son los más afectados por la medida de Trump. El presidente no ha tardado en recibir críticas desde varios puntos. Por ejemplo, desde el FMI, Christine Lagarde ha advertido de las repercusiones que puede tener este asunto. O desde la propia cámara de comercio de EEUU, su presidente Thomas Donohue, quien recordó a Trump que serán los estadounidenses los que paguen el costo final.