La institución se muestra cómoda con los tipos de interés en mínimos históricos y por ello ha decidido mantenerlos al nivel actual, del 0’25%. Recordemos que llevó a cabo esa reducción del 0’5% al 0’25% el pasado mes de agosto para contrarrestar los efectos del Brexit.
El Banco también ha señalado que la tasa de desempleo podría caer a un 4’5%, menos que la previsión anterior del 5% y por debajo de la tasa actual. Esto podría dar al Banco más margen para mantener los tipos en su mínimo récord durante más tiempo.
Todo ello en un contexto en el que la economía británica goza de buena apariencia. Su crecimiento en 2016 fue más fuerte que en cualquier otra economía del G-7, lo cual ha confundido a todos quienes advertían sobre el impacto negativo del Brexit, tal y como señala Philip Hammond, ministro de finanzas británico:
Lo que hoy nos muestran los datos es que la economía británica sigue siendo resistente y sigue confundiendo a los escépticos. Por supuesto, reconocemos esto a medida que entramos en este periodo de negociación con la UE y mientras absorbemos el impacto de la depreciación de la libra esterlina. El año pasado había más incertidumbre hacia el futuro, pero el hecho de que la economía sea tan robusta y resistente nos tiene que bastar para ver con optimismo el futuro de Gran Bretaña.
Por cierto que la institución mantiene también invariable la previsión de inflación en 2017. La cifra en un 2’7%, lejos de su objetivo del 2%, que prevé alcanzar en 2020 debido a la presión de la devaluación de la libra y las medidas de política monetaria.
Sin embargo, la sombra del Brexit es alargada y la economía británica mantiene su incertidumbre por razones políticas.