Pablo Martín de Santa Olalla, doctor en Historia Contemporánea y profesor de la Universidad Europea habla de la situación de Italia, a raíz del ultimátim de Giuseppe Conte. El primer ministro de Italia amenaza con dimitir si no cesan los continuos ataques entre la Liga y el M5S.
Llevan tiempo en un tira y afloja, por no decir en una guerra abierta. Los dos aliados de gobierno se tiran los trastos a la cabeza y el motivo es que en las diferentes elecciones regionales la Liga de Salvini (la Lega) ha barrido al Movimiento 5 Estrellas (en italiano, Movimento 5 Stelle, M5S) y “la gota que ha colmado el vaso han sido las elecciones europeas”. Al menos así lo explica Pablo Martín de Santa Olalla, doctor en Historia Contemporánea y profesor de la Universidad Europea.
El equilibrio de poder ha cambiado. En marzo de 2018 el 32,6% de los votos fueron para el M5S; ahora en las europeas el 34% de los votos han ido a parar a la Liga, que se ha posicionado como el actor dominante de la escena política italiana.
Una tensión que se ha sufrido desde dentro del gobierno; esto ha hecho que Mateo Salvini se haya inmiscuido, por ejemplo, en aspectos económicos (que no le corresponden), retando a Bruselas.
La situación, explica Martínez de Santaolalla ha colmado la paciencia de Conte. En un primer lugar, la Comisión Europea mandó una carta al gobierno italiano para recordarle una vez más que no iban a cumplir con su objetivo de déficit y le instaba a dar una respuesta, sobre qué medidas iban a tomar para corregir el dato. La respuesta no la dio ningún encargado de finanzas, sino Salvini, que aseguró que estaban dispuestos a seguir saltándose el déficit hasta que el paro en Italia descendiera por debajo del 5%, un objetivo inalcanzable y “populista, enfocado a ganar votos”.
A ello hay que sumarle que después de las elecciones europeas, Salvini dijo que seguirían actuando lealmente con sus aliados de gobierno. Pero la polémica ha venido cuando se ha conocido la respuesta del ministro de Economía, Giovanni Tria, a Bruselas, cuyo borrador se habría filtrado a la prensa. En ella, Tria informa de que podrían reducir el gasto en políticas de bienestar para el periodo 2020-2022, en medidas impulsadas por el Movimiento 5 Estrellas. “Esa falta de lealtad de quien haya filtrado la carta ha colmado la paciencia de Conte”. Tria es independiente, pero “hay que recordar que le puso ahí Salvini”.
Según Santa Olalla, Salvini quiere elecciones ya y podría estar forzándolo. Es esta situación la que ha hecho que Conte pida lealtad a los miembros del ejecutivo.
Derogar la renta de ciudadanía y la cuota 100, medidas para personas desempleadas y para las pensiones introducidas a instancias del Movimiento 5 Estrellas, podrían hacer que esta formación se hundiese en las urnas.
“Que la deuda del país esté por las nubes es responsabilidad a partes iguales de ambos socios de gobierno. Pero Salvini quiere hacer ver que la culpa es de M5S”.
¿Cómo evolucionará la situación?
Es de esperar que Salvini critique ahora a Conte, ya que aunque no tiene peso político en el Movimiento 5 Estrellas, fue esta formación quien le propuso para el puesto. Conte, según explica Santa Olalla, tiene vida más allá de la política (es profesor) y se está posicionando como hombre de estado, sin intereses políticos que afecten a su actuación. “Hasta ahora se había mantenido como árbitro entre ambas partes, pero ante la vergüenza de la situación ha decidido dar la cara”. En cualquier caso, si la cuerda se sigue tensando, Italia podría ir a elecciones anticipadas.
¿Reducirán el déficit? "Italia ha aprovechado en este último año de 'gobierno del cambio' que ha habido muchos cambios en la Comisión Europea, que la Unión está muy ocupada con el Brexit y que Mario Draghi, del BCE, está a punto de dejar el cargo", pero ahora mismo la situación se está estabilizando y la atención se vuelve a centrar en Italia. Si no corrigen el déficit "podríamos ver una situación como la de Grecia en 2015, que se aplique un corralito". Por ello Santa Olalla recuerda que Italia necesita la ayuda de Europa, por su elevada deuda, y no está en posición de retar a Bruselas. "Pero la política italiana es imprevisible".