Atrás queda ya el año de la pandemia, un año plagado de malas noticias, pero que ha tenido otra lectura en términos de mercado. Este 2020 ha sido el año en el que Wall Street ha tocado máximos y los últimos cuatro, con Donald Trump como inquilino de la Casa Blanca, han sido durante los cuales la bolsa ha tenido un mayor impulso.
Repasamos la trayectoria del controvertido presidente de Estados Unidos quien, pese a las sombras, abandona la Casa Blanca dejado los índices bursátiles en terrenos históricos
Son mil y uno los adjetivos con los que podemos definir a Donald Trump, no todos ellos buenos, pero como dicen de todo villano, en el fondo, no es tan malo.
El mandato de Donald Trump terminará, si nada lo impide, el próximo 20 de enero entre acusaciones de fraude electoral, una calle que grita desesperada por su salida, no así las grandes cúpulas, y unos tribunales hastiados ya de denuncias que no llegan a ninguna parte.
Rodeado de conflictos e incertidumbre como han estado sus cuatro años de mandado, Trump saldrá de la Casa Blanca, con, le pese a quien le pese, algún que otro éxito bajo el brazo.
Uno de ellos está en la bolsa. Los mercados, a contracorriente de lo que podríamos pensar, han llevado bien la “política impulsiva” del magnate cuyos tweets tenían, en muchas ocasiones, más poder incluso que las rúbricas.
Pese al 2020 que hemos vivido y superando máximo tras máximos desde las elecciones de noviembre de 2016, el mayor índice bursátil del mundo, el S&P500 ha mejorado su comportamiento más en estos últimos cuatro años que durante el segundo mandato del demócrata Barack Obama.
Desde que se conociera la victoria de Trump en 2016, el S&P 500 suma un 70% de ganancia, mientras que el Nasdaq, que se ha beneficiado del impulso de las tecnológicas, se ha revalorizado más de un 120%.
Los 30.000 "sagrados"
El pasado 24 de noviembre en una declaración sobria con tintes de victoria, Trump decidió salir ante los medios, en el principio del fin de su mandato para dejar claro que se iba, pero que había hecho algo bien y proclamaba que el Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall Street, había alcanzado por primera vez en su historia los 30.000 puntos. Un hito que calificó de "sagrado".
Números que no se consiguieron en cuatrienios anteriores como, por ejemplo, entre la reelección de Obama en 2012 y las presidenciales de 2016, cuando el S&P500 y el Nasdaq subieron un 50% y un 72%, respectivamente.
Mandato de vértigo
Ni el coronavirus no ha podido con la fuerza de Trump. En los comienzos de su propagación, Wall Street sí sufrió fuertes caídas, pero al igual que el resto de las bolsas internacionales, con desplomes de alrededor del 30% entre febrero y marzo, se recuperó.
En lo que va de año sus índices son de los pocos que registran subidas: el S&P500 se anota un 13% y el Nasdaq, un 37%.
El primer año de mandato de Donald Trump finalizó con un alza del 19% para el S&P y del 28% para el Nasdaq tras perfilarse la reforma fiscal, aprobada en enero de 2018, que rebajaba los impuestos a familias y empresas. Primera promesa electoral cumplida.
Una noticia que ni siquiera que vio empañada por el verano de tensión internacional de 2019 ante una posible guerra nuclear por el enfrentamiento con Corea del Norte durante el cual Trump amenazó con "un fuego y una furia nunca vistos” al gobierno de Kim-Yon-Un.
Y habiendo mirado a la cara de la moneda, tenemos que hacer también caso a la cruz. La guerra comercial con China y los aranceles al acero y al aluminio que aprobó Europa a lo importado desde el otro lado del Atlántico pesaron en el mercado estadounidense durante 2018. Un año caídas que, con el temor den una nueva crisis económica, cerró con una caída de entre el 4% y el 6% para los mercados del país.
No fue hasta el verano de 2019 cuando ambos Washington y Pekín acercaron posturas y cerraron la primera fase del acuerdo. El conflicto, que aún no ha finalizado y con el que tendrá que lidiar Biden, ha reforzado a las empresas estadounidenses, a pesar de su dependencia del extranjero.
¿Y la pandemia?
El temido bicho pudo trastocar la evolución de Wall Street durante estos años, pero no lo ha hecho. Al principio, cayó, es verdad, pero poco más de dos semanas después, a principios de marzo, el asunto pareció dejar de importar a los inversores y, a pesar de los confinamientos, y la crisis económica resultante, Wall Street comenzó a recuperarse.
Así se va Donald Trump, el magnate a quien ser presidente de la primera democracia del mundo le ha costado más de 1.200 millones de euros.