"Solo un 10% de los movimientos en bolsa se explican con hechos, el resto es psicología", decía André Kostolany, el inversor que construyó su fortuna tras la Segunda Guerra Mundial. Casi un siglo después en ese 90% de psicología, un jugador ha irrumpido con la fuerza de un huracán: los influencers de las redes sociales. Este jueves la CNMV ha vuelto a hablar de ellos.
Te contamos qué ha dicho y cuáles son los preocupantes datos sobre los influencers bursátiles en este podcast de Expediente Abierto.
Las redes sociales dominan el mundo. Más de 2.000 millones de personas tienen una cuenta en Facebook y otros 1.000 millones tienen un perfil en Instagram. En esta última, hay casi 11 millones de publicaciones con el hashtag "trading".
Un estudio asegura que las emociones se contagian más fácilmente por redes sociales. Descubrieron que la lluvia provocaba que muchos usuarios de Facebook pusieran estados tristes, que a su vez provocaba que sus amigos también publicaran estados tristes a pesar de no estar en lugares lluviosos.
Esto también ocurre en los mercados. Cuando hay optimismo sobre una acción la euforia se propaga a muchos inversores, que pueden empezar a tener un sentimiento positivo sobre esa compañía. Uno de los ejemplos más recientes es el del caso GameStop, que germinó del frenesí de unos pocos en un foro de la red social Reddit.
Por eso el monstruo de las redes sociales se ha convertido en una amenaza para los mercados financieros. Tanto que este jueves Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV, se ha pronunciado sobre los famosos influencers de las redes.
"El papel de los influencers a través de estos medios está ya sujeto a las reglas de abuso de mercado. El régimen de recomendaciones de inversion es aplicable a cualquier persona que se presente como un experto, aunque muchos de ellos quizá no lo sepan todavía", explicaba en una jornada organizada por El Español e Invertia.
Elon Musk
Antes de las redes sociales, los influencers bursátiles eran personas como Warren Buffett o Peter Lynch. Publicaban libros -y no tuits- sobre sus estrategias en bolsa. Sin embargo, los tiempos han cambiado y hoy en día cualquiera puede llegar a millones de personas con un solo click. Algunos influencers mueven millones en bolsa a golpe de tuit. El caso más popular es el de Elon Musk.
En ocasiones el empresario ha hablado de su propia empresa y ha conseguido que la acción de Tesla se hunda. La cotización llegó a caer un 12% cuando Musk reflexionó en Twitter sobre la posibilidad de sacarla de Bolsa para que su precio se mantuviera en los 420 dólares por acción, el número asociado al cannabis.
Todo esto recuerda a un "reality show", según Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4. El directivo explicaba hoy en el foro organizado por El Español e Invertia que "con esta inversión conectada a través de redes sociales suceden cosas que parecen un reality show con personajes de circo en su forma de actuar y de vestir".
Pero Musk no solo ha influenciado la cotización de su propia empresa. También lo ha hecho con la de otros activos que no tienen nada que ver con él. Por ejemplo, la criptomoneda Dogecoin.
Sin embargo, para brillar en redes sociales hablando de ‘trading’ no hace falta ser Elon Musk. De hecho, ni siquiera hace falta ser famoso de antemano. El 2 de julio de 2020, mucho antes de que Musk pusiera Dogecoin de moda, un joven de Tik Tok detrás de la cuenta @cannolicrypto avisaba a sus seguidores de una estrategia con esta criptomoneda.
“Hagámonos ricos", decía, "Dogecoin no vale nada y hay 800 millones de usuarios en TikTok, invierte solo 25 dólares y cuando la moneda llegue al dólar tendrás 10.000". Solo este vídeo tiene 84.000 me gustas.
Algo parecido es lo que ocurrió con GameStop. La compañía estaba subiendo a tal ritmo que su capitalización bursátil trepaba en 18.000 millones de dólares diarios. Y todo porque la gente no se quería perder la oportunidad de hacerse rico.
El 'postureo' de ser rico
"Ser rico" es la idea que sobrevuela los perfiles de estos influencers bursátiles. Marc Frau, el hombre detrás del exitoso blog bursátil Opinatron, decía hace un año en una entrevista en Capital Radio que su objetivo con la inversión era "retirarse joven".
Esta idea de "riqueza y retiro" también se percibe en el perfil de Instagram del famoso Josef Ajram. Sus últimas publicaciones muestran localizaciones paradisiacas. Una de ellas incluso retrata al propio Josef Ajram en una hamaca colgante entre dos árboles a pie de playa.
El influencer tiene unos 300.000 seguidores en Instagram, casi ocho veces más que Ana Botín, la presidenta de una de las mayores cotizadas en España. Y a pesar de labrarse la fama con premisas como “si me haces caso ganarás dinero”, en una entrevista en Capital Radio confesó que ganaba más dinero con sus cursos de Bolsa que invirtiendo en el mercado.
El poder de los influencers es titánico. Un 92% de los usuarios están dispuestos a confiar en las recomendaciones personales sobre las marcas, según un estudio de la agencia de marketing de influencer Brand Manic. El informe matiza que estos usuarios confían en esas recomendaciones incluso si no saben quién es la persona que hace la recomendación.