El Pleno del Parlamento Europeo ha pedido que se sancione a las empresas que utilicen reclamos medioambientales engañosos. Con multas de, al menos, el 4% se pretende proteger a los ciudadanos del greenwasinhg.
¿Cuánta culpa pueden tener las actividades de greenwashing o ecoblanqueamiento en ese desapego hacia la ESG? Lo abordamos con May López, profesora de EAE Business School.
May López, profesora de EAE Business School, asegura que en los últimos años se ha estado abusando mucho de denominaciones como “biodegradable”. Lo hacen, dice la experta, “porque la sostenibilidad vende” y las empresas ganan más dinero. Por ello, ve fundamental la iniciativa del Parlamento Europeo para poder verificar que todos los productos tengan una etiqueta correcta de sostenibilidad.
En caso de que la iniciativa salga adelante, cada país establecería un órgano de verificación que se encargaría de determinar si un producto es, o no, biodegradable en un plazo máximo de 30 días.
¿A quién se le aplicará la normativa?
La idea de la Unión Europea es que sean las grandes empresas quienes se enfrenten primero a esta verificación. Las pymes tendrán un año más para hacerlo y las micropymes tendrán una flexibilidad para adaptarse de manera voluntaria a la verificación de los productos sostenibles.
Para López, esto sería una ventaja competitiva porque “Europa está mucho más posicionada en productos sostenibles que otros países”.
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