El presidente ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, ha desviado por segunda vez el fuego del Congreso de los Estados Unidos. El fundador de la red social ha salido airoso después de dos días de comparecencia en la cámara norteamericana tras diez horas de preguntas de unos 100 legisladores, pero también considerablemente más rico.

Aunque el ejecutivo eludió las preguntas sobre cuánto control tienen las personas sobre sus datos en la red social más grande del mundo y evitó apoyar nuevas regulaciones gubernamentales sobre la protección de la privacidad de los usuarios, su comparecencia sí convenció al mercado. Las acciones de Facebook cerraron con un alza de un 0,78% el miércoles después de subir un 4,5% el martes. En estos dos días, el valor de la participación del CEO en la compañía ha crecido en unos 3.000 millones de dólares.

En su primera audiencia ante el Congreso logró desviar las respuestas como si fuera un aventajado político y hasta 40 veces dijo a los legisladores que no tenía respuestas sobre el uso indebido de los datos de 87 millones de personas. El hecho de que ni el fundador de la firma pueda proteger la información no calma a los legisladores, que apuestan por un incremento de la regulación al respecto.

"Es inevitable que haya alguna regulación" de las empresas de Internet, señala Zuckerberg, al tiempo que advierte que esto puede dañar a empresas emergentes: “Muchas veces la regulación impone algunas normas que una empresa grande, que tiene recursos, como la nuestra, puede cumplir, pero podría ser más difícil para una pequeña startup”.

Durante ambas audiencias, los legisladores se han mostrado favorables a imponer regulaciones a Facebook para asegurarse de que está recolectando los datos de sus usuarios de manera adecuada y respetando su derecho a la privacidad, algo que ha quedado en cuestión tras el escándalo de Cambridge Analytica.

Tres senadores han presentado ya una propuesta de ley que obligaría a las empresas tecnológicas a obtener el permiso expreso de los usuarios antes de recopilar y compartir sus datos personales.

Por otro lado, Zuckerberg niega que haya habido ningún trato de favor hacia la campaña del actual presidente, Donald Trump, con cuya campaña colaboró Camgridge Analytica.

Además de poner en cuestión la campaña electoral, el modelo de Facebook y el papel de Zuckerberg al frente de la compañía, el escándalo se ha llevado ya por delante al consejero delegado en funciones de la consultora. Alexander Tayler ha dimitido con efecto inmediato tras asumir el cargo el pasado 20 de marzo.  El hasta entonces máximo directivo Alexander Nix, fue apartado poco después de que trascendiera que la compañía pudo utilizar información personal de millones de personas para influir en la campaña del presidente de EEUU, Donald Trump.