“Ha sido una brecha de confianza y lo siento mucho. Tenemos la responsabilidad de proteger los datos de la gente. Nuestra responsabilidad es evitar que suceda de nuevo”.

Con estas palabras Mark Zuckerberg pedía perdón por primera vez tras el destape del escándalo más grave en la historia de Facebook: el caso Cambridge Analytica, que algunos medios como The Guardian filtraron el pasado 17 de marzo.

Cuatro días tardó Zuckerberg en aparecer públicamente. El mercado interpretó ese largo silencio como incertidumbre y en esos días las acciones de Facebook acumularon una caída cercana al 9%.

El mercado comenzó a cuestionar si el modelo de negocio de la compañía iba a llegar a su fin: ¿Cambiará Facebook la forma de trabajar con los datos de los usuarios para evitar futuros abusos? ¿Cómo cambiará este modelo sin poner en peligro las relaciones con los anunciantes? ¿Están nuestros datos a buen recaudo?  Las dudas se acumulaban y no dejaban que la herida cerrase. Así, la acción de Facebook siguió sangrando hasta los 152’22 dólares, unos niveles que no se veían desde julio de 2017.

En medio de estas dudas, Zuckerberg encontró su salvación. Casi un mes después del escándalo, el CEO de Facebook compareció ante el Senado y el Congreso de EEUU. Lo que iba a ser una declaración para explicar cuál había sido el error por el que se habían filtrado los datos de 87 millones de usuarios, se convirtió más bien en un tutorial para viejos. La CNN lo acuñó con otro término: analfabetismo tecnológico, ya que los senadores estadounidenses demostraron que no entendían del todo el modelo de negocio de Facebook. Aquí una prueba:

- Senador Hatch: ¿Cómo sostiene un modelo de negocio en el que los usuarios no pagan por su servicio?


- Zuckerberg: Senador, publicamos anuncios.



Más allá de esta clase magistral de principios básicos de Facebook, Zuckerberg aprovechó de nuevo la ocasión para ofrecer sus disculpas y dar un mensaje de tranquilidad:
“Creo que podemos hacer un mejor trabajo explicando cómo funciona la publicidad. Hay una mala percepción, muy común, como usted dice, que surge a menudo, de que, por alguna razón, vendemos datos. Puedo ser muy claro en este asunto. Nosotros no vendemos datos. Así no funciona la publicidad. Y creo que probablemente podemos hacer un mejor trabajo explicando eso, viendo esa mala percepción que existen”.

Tras estas declaraciones, el mercado recibió con alzas las acciones de Facebook. Dos meses después del escándalo, Facebook ha dejado atrás su crisis en bolsa y ya cotiza en niveles por encima de los 180 dólares la acción. Es decir que, a pesar del escándalo, las acciones de Facebook han vuelto a los mismos niveles que antes de la crisis y a día de hoy cotizan un 24’4% por encima que hace un año.

Pero aunque el mercado ya está a otra cosa, el escándalo de Cambridge Analytica ha dejado una estela de inseguridades sobre la protección de los datos de todos aquellos que tienen presencia en las redes sociales. Y por eso Zuckerberg comparecerá ante el Parlamento Europeo: para debatir sobre las lagunas de la red social en la protección de datos.

La clave no será tanto conocer los fallos de la red social o cómo se infiltraron los datos de millones de usuarios a Cambridge Analytica, sino conocer detalles "de cómo se propagan las fake news o cómo cumplirá Facebook con el nuevo Reglamento de Protección de Datos", explica Alexandre Mato, corresponsal en Bruselas.