Desde hace unos años el skyline madrileño tiene una nueva silueta que dibujar y nuevo color. La famosa Peineta construida por los arquitectos de Antonio Cruz y Antonio Ortiz ha desaparecido para convertirse en un estadio de máxima categoría para la UEFA, el máximo organismo del fútbol europeo.

Con el sueño olímpico instalado en las oficinas del Ayuntamiento de Madrid. Los planes de la concejalía de deportes pasaban por la construcción de unas instalaciones para 66.000 espectadores que pudieran ver iluminarse el pebetero olímpico en 2012. Sueño que acabó el 6 de junio de 2005.

De forma paralela, Atlético de Madrid, el equipo de Alberto Gallardón (por aquel entonces alcalde de Madrid) y la cervecera Mahou se sentaban en una mesa para negociar la llamada Operación Calderón.

A finales de 2008 se alcanzó un acuerdo. Venta del Calderón, estadio gratis y un remanente de 90 millones de euros. Guarismos que han quedado lejos de ser realidad con la llegada de la crisis económica, el cambio de gobierno municipal y, sobre todo, la lupa de la Comisión Europea sobre posibles ayudas de estado.

Al final el precio del nuevo coliseo rojiblanco ha ascendido a la friolera de 310 millones de euros, de los que 140 han salido “gratis” por la venta del Calderón y los terrenos de alrededor. Sin embargo, los 170 millones restantes han provocado que los contables del equipo del Manzanares tuvieran que sufrir. Finalmente, el conjunto de Cerezo y Gil Marín tuvieron que pedir un préstamo por esa cantidad en 2016 para hacer frente al proyecto y a los retrasos generados por la justicia y las administraciones. Aunque, las arcas rojiblancas han recibido 100 millones para los próximos diez años gracias al naming del Metropolitano, su propietario: Wanda.

Wang Jianling, cuya fortuna está valorada en 28.860 millones de euros, es propietario del 20% del accionariado del club madrileño y puso sobre la mesa de de Enrique Cerezo y Jesús Gil Marín un maletín de 100 millones de euros para ponerle nombre al nuevo estadio del Atleti y así se pasó del Estadio Luis Aragonés al Wanda Metropolitano.

Propiedad rojiblanca

Con el sueño olímpico apagado con café con leche en Buenos Aires (Argentina), el sueño de La Peineta Rojiblanca comenzó. El mítico estadio nacido en 1994 y de propiedad municipal pasó a manos del Atlético de Madrid que ya tenía las maletas hechas para desembarcar en 2016. Pero ese fatídico 11 de septiembre de 2013 en Argentina retrasó, una vez más, la mudanza.

Desde esa fecha, el Atleti se encargaba de supervisar las obras que llevaría a cabo FCC para convertir el estadio de 20.000 espectadores en uno de 68.000. Casi seis años de obras por donde han pasado 2.881 trabajadores y 7 grúas torre, que han permitido transportar más de 54 toneladas de cemento y 4.200 metros cuadrados de cristal.



Así se ha llegado hasta 2017, pero la factura del Wanda no deja de aumentar. Ayuntamiento y el club madrileño ha firmado un nuevo convenio por el que el Atlético pagará a Cibeles 10 millones de euros al año durante tres años y abonará los accesos (valorados en 29 millones) y los aparcamientos (otros seis millones).

Ahora solo queda que el balón siga rodando y la afición colchonera cante los goles de su equipo y quizá vea levantar su primera Champions en 2019 en su casa.