Hasta ahora mucha gente quizás no conozca que cuando se hipoteca ciertas propiedades, ésta alcance también a nuestras mascotas o que en ocasiones se las embargan.

Hablamos hoy del ambiente de unanimidad que se respiró ayer en el Congreso de los Diputados cuando se hablaba de animales. Se debatió en Pleno el estatuto jurídico de los animales que trata de diferenciar a éstos de las personas, pero también de las cosas y de otras formas de vida del tipo de las plantas. Por una vez se está de acuerdo en que conviene aproximarse a los estatutos de nuestro entorno cultural que les conceden un tratamiento particular.

En realidad, se trata de que cuando exista una decisión de transcendencia jurídica que tomar, se tenga en cuenta la sensibilidad que cada uno de nosotros tengamos con respecto al animal, así como los del propio compañero en casa tal y como plantea el artículo 13 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que exige que los Estados respeten las exigencias en materia de bienestar de los animales como «seres sensibles».

Se imaginarán que hablamos de divorcios, de herencias, de problemas económicos, etc…en todos estos casos suelen plantearse estos temas que la justicia ya consideraba pero tímidamente puesto que no existía gran cobertura del tema en las principales normas.

Para ello habrá que reformar el Código Civil, modificar la Ley Hipotecaria, y la Ley de Enjuiciamiento Civil.

De todas formas, no hay que alarmarse. Más allá de este acuerdo de mínimos, del consenso, en seguida recobrará la normalidad el Congreso si entramos en detalles.