El negocio de gestión de patrimonio ha jugado una mala pasada a las cifras de UBS. El banco suizo, que administra más de 2 billones de dólares de la riqueza mundial, registró 7.900 millones de dólares en nuevas salidas netas de dinero durante los últimos tres meses de 2018. Su consejero delegado, Sergio Ermotti ha calificado las condiciones en las que se han movido como "históricamente duras". Los inversores han eliminado riesgos de su cartera, han negociado menos y han optado por el efectivo a medida que se han incrementado las tensiones geopolíticas. Se trata de su negocio insignia y en el cuarto trimestre ha bajado un 22%.

El beneficio antes de impuestos en el último trimestre de 2018 ha sido de 862 millones de dólares afectado también por la disminución de los beneficios de su banca de inversión.

Además, el banco advierte de que esta situación puede continuar en el primer trimestre de 2019. "La falta de progreso en la resolución de las tensiones geopolíticas, el creciente proteccionismo y las disputas comerciales, junto con el aumento de la volatilidad, que afectó al sentimiento y la confianza de los inversores en la segunda mitad del año y, en particular, en el cuarto trimestre de 2018, afectará a la actividad de los clientes en el primer trimestre de 2019", señala la entidad.

En todo 2018, UBS ha obtenido un beneficio de 4.897 millones de dólares en comparación con los 969 millones de 2017 cuanto tuvo que hacer frente a un impacto de 2.900 millones de francos suizos por la reforma tributaria de Estados Unidos. La cifra está ligeramente por debajo de lo esperado.

Sus acciones han comenzado la sesión con caídas de un 4% y arrastra al resto del sector con caídas para Credit Suisse de casi un 2% y bajadas de casi ese porcentaje en BNP Paribas, ING y Deutsche Bank.