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Desde hoy los madrileños podrán tener acceso al servicio estadounidense Uber. Una aplicación que ha puesto en pie de guerra al sector europeo del taxi.

Los clientes de Uber piden y pagan por un trayecto en un vehículo particular a través de su aplicación en los smartphones. En vez de tener un cuenta kilómetros, la propia aplicación calcula el importe de la carrera, se queda con un porcentaje y el resto se le paga al conductor.

Las asociaciones de taxistas españolas consideran que este tipo de servicios vulneran la legislación de transportes  ya que supone una competencia ilegítima desprovista de seguros, garantías o autorizaciones.

Para explicarnos su postura, nos ha acompañado en Mercado Abierto Julio Sanz, Presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid.