Turquía sigue en horas muy bajas y el Fondo Monetario Internacional sigue atento a su desarrollo. El país no ha pedido ayuda al FMI, aunque este ya había advertido en abril que Turquía es un mercado emergente muy vulnerable a cambios en Estados Unidos. País que es el principal acusado por el gobierno turco de dañar a su economía.

Se compara la crisis del país euro-asiático con la que ya sufrió Argentina hace unos meses. El país sudamericano ha subido los tipos de interés, del 40 al 45 %, en respuesta a la coyuntura externa actual y evitar que esta situación impacte de nuevo sobre la inflación, después de que el peso haya vuelto a caer en los últimos días. En una reunión extraordinaria han acordado no volver a bajar esta tasa "al menos hasta el mes de octubre". El economista Fausto Spotorno no ve riesgo para la economía del país

La situación económica sigue en una situación frágil y la lira se encuentra en un cambio de 6,89 frente al dólar, la moneda turca ha perdido ya un 25% en lo que llevamos de mes. Aun así, Turquía no ha pedido ayuda al Fondo Monetario Internacional, como tuvo que hacer Argentina en su crisis. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan asegura que la caída de la lira no es solo por motivos económicos, incluso se mostraba confiado en que la situación mejorará sin necesidad de recurrir al FMI.

Erdogan acusa a Estados Unidos de atacar a la economía turca con aranceles. Aunque varios analistas europeos afirman que el gobierno turco no ha dado una respuesta que calme a los mercados. Las medidas anunciadas por su yerno, el ministro de finanzas Berat Albayrak, pasaban por inyectar 6.000 millones de dólares y oro por valor de 3.000 millones. Además, recortaba los límites de reservas de divisas permitido a los bancos. A pesar de las medidas, el espectro de un posible control de capital, o corralito, comienza a planear sobre Turquía.

La crisis de la lira turca hacía caer las bolsas europeas, incluído el Ibex35, penalizado sobre todo por BBVA, quien al cierre de ayer caía casi un 4%. La entidad dirigida por Francisco González controla un 49% del banco turco Garanti, el cual se encuentra en una caída del 10% debido a esta crisis. Los inversores siguen castigando a un país cuya economía se encuentra recalentada y en plena escalada de tensiones con Estados Unidos.