La tecnológica japonesa Toshiba ha presentado esta mañana sus cuentas envuelta en polémica. Presenta pérdidas 4.300 millones, y podría ser expulsada de la bolsa de Tokio.

Toshiba presenta cuentas correspondientes al periodo abril diciembre de 2016, y lo hace contra el consejo de sus asesores y el auditor independiente. Perdió 4.300 millones y su deuda se duplicó hasta los casi 5.000 millones de dólares. Las cuentas son negativas, es un 15% más de lo que perdió en esos meses en 2015, pero el mercado ya lo tenía asumido. Lleva dos meses retrasando la presentación de estas cifras y no hacerlo hoy suponía incurrir en un nuevo retraso, pero presentarlas sin el visto bueno del auditor implicaba que las cuentas no serían aceptadas por el regulador. En ambos casos Toshiba podría ser expulsada de la bolsa, así que ha elegido la opción de presentar las cuentas sin la aprobación del auditor, y ahora el regulador nipón duda de si aceptar o no el envite. Supone un mal precedente pero no sería sencillo expulsar a uno de los mayores valores del Nikkei por capitalización.

Y esto es en realidad la punta del iceberg para Toshiba. Las pérdidas se duplicaron el pasado año porque la división nuclear, llamada Westinghouse, con sede en Estados Unidos, necesita una reestructuración multimillonaria, y tiene unas pérdidas por si solas de casi 6.000 millones de dólares, lo que descabala las cuentas del grupo. Ante esto, Toshiba lleva meses tratando de vender algunas de sus divisiones. No encuentra comprador para la nuclear, y el precio que le dan por la de memorias flash o la de televisiones le resulta insuficiente. Solo logra ofertas sustanciales por su división de chips, cuyas patentes interesan mucho al sector. Apple o Google incluso han preguntado precio, aunque ha sido Foxconn, la estadounidense, la última en realizar una oferta, que podría ser la tabla de salvación para Toshiba; 27.000 millones de dólares a cambio del 51% de su mejor división.