Hoy... ¡Daremos un paseo por la antigua roma!

Reza la leyenda que el dios Júpiter abandonó a su esposa, la terrenal Tíria, al enamorarse de Tarragona. Lo que no es leyenda, sino pura realidad, es el flechazo que provocó en la Roma imperial. Por esto los romanos la eligieron para establecer en ella su primera fortificación más allá de la península itálica, y fue en el siglo 3 antes de Cristo.

De ello dan fe muchos de sus principales monumentos de esa gloriosa época. Como el Anfiteatro, escenario de luchas de gladiadores y fieras; las Murallas, de las que se conserva 1 kilómetro; el Circo, donde se disputaban carreras de cuádrigas, o el majestuoso Acueducto, a las afueras, de 217 metros de largo y 27 metros de altura. Pero no la veamos como una ciudad anclada en el pasado. En Tarragona la historia sale de las piedras y de los libros. Y cobra vida gracias a un festival de recreación histórica como Tarraco Viva en el que estamos ahora sumergidos, pues arrancó el 13 de mayo y concluirá el día 27. Un evento que recrea la vida y costumbres de una de las más grandes civilizaciones del Mediterráneo clásico.

Pero, aunque casi todo en Tarragona empieza en Roma… nada acaba allí. Si tomamos su Ruta Medieval podremos admirar su Catedral, del siglo 14, romántica con fachada gótica. El Claustro, de planta cuadrangular; las capillas de San Pablo y Santa Tecla la Vieja; las torres de las Monjas, de Tintoré y de Arandes, o la judería.

También hay una Tarragona Modernista, cuyo abanderado es el Teatro Metropol, y lo secunda el altar del Santuario del Sagrado Corazón, obra del genial Gaudí;o el Mausoleo de Jaime I, el Mercado Central, el antiguo Matadero… o los singulares edificios de la Rambla Nova, la majestuosa arteria peatonal tarraconense.
213–TARRAGONA (Modernismo Camara Oficial Comercio)

Y hasta podemos encontrar otra interesante Ruta, La de los Primeros Cristianos, con el Museo Diocesano, el Museo y la Necrópolis Paleocristianos, el Foro de la Colonia o la Basílica funeraria del Parque Central.

Tarragona es un destino para todo el año, pues en cada estación encontramos una fiesta digna de ver y disfrutar. Como su Semana Santa, con la Procesión del Santo Entierro, y esta Tarraco Viva, en Primavera. Las veraniegas fiestas patronales de Sant Magí, en agosto, y Santa Tecla, en septiembre, coronada por su cita castellera; el festival de cine Tarrorífic, en otoño, o la Feria de Navidad, con exposiciones de pesebres, de invierno.

La apuesta por el turismo MICE se sustenta en su Palacio Ferial y de Congresos, al que se suman espacios únicos, como el Anfiteatro, el Circo o las Murallas. Y si queremos ir de shopping, la Rambla Nova es su principal arteria, a la que se suma la Vía T, Asociación en la que se han implicado los comercios del centro de la ciudad.


Presumir del puerto pesquero tradicional más grande de Catalunya hace que su gastronomía se nutra de buen pescado fresco. Como el rape, la lubina la merluza o las gambas, aliñado con su salsa autóctona, el romesco. Sin olvidarnos de los calçots, tan típicos del primer trimestre del año. Todo ello, maridado por los excelentes vinos de la D.O. Tarragona.

Y tras pasear por la Tarragona que mira hacia dentro; por su cultura, fiestas, compras y cocina… ¿qué tal si volvemos la vista al mar? Un puerto comercial, otro para cruceros de lujo y un puerto deportivo con 400 amarres refuerzan su vocación marítima y náutica. Sin olvidarnos de sus playas, donde tomar el sol o acariciar el mar. Y como despedida, nada mejor que apoyarnos relajadamente en la modernista barandilla de su Balcón al Mediterráneo e impregnarnos de su toda su esencia, oteando el horizonte.

04-TARRAGONA (Balcó del Mediterrani)

Se dice que tocar esta barandilla da suerte. Habrá que ir… ¡y probarlo!