La agencia Standard & Poor's rebaja la calificación soberana de Brasil a "BB-" desde "BB", debido a las demoras en la aprobación de medidas para reequilibrar las cuentas públicas y la incertidumbre sobre la elección presidencial de este año. Esta decisión supone dejar la calificación de Brasil tres escalones por debajo del grado de inversión, S&P pasa el panorama de la nota crediticia del gigante sudamericano a estable desde negativo.

"Pese a varios avances en políticas del Gobierno de Temer, Brasil tuvo un progreso más lento que el esperado en la implementación de legislación significativa para corregir a tiempo una deficiencia fiscal estructural y el crecimiento de los niveles de deuda", según S&P.

El Gobierno de Temer intenta aprobar una reforma previsional que es bastante impopular y ha quedado pospuesta para febrero tras no lograr el respaldo parlamentario requerido el año pasado.

La aprobación de la reforma se complica si tenemos en cuenta que este año se celebran en Brasil elecciones locales locales. Los legisladores que buscan la reelección en el Congreso están preocupados por el enfado que pueda generar en sus votantes que el proyecto se convierta en ley. Pero la reforma, que busca reducir los costos del sistema de pensiones de Brasil, es vital para Temer, que quiere mantener controlado el déficit presupuestario.

El Ministerio de Hacienda de Brasil dice que la decisión de S&P resalta la necesidad y urgencia de la aprobación de las propuestas de consolidación de las cuentas públicas por parte del Congreso, entre ellas la reforma al sistema de jubilaciones.

En cuanto a otras agencias de calificación, Moody's tiene una nota para Brasil de "Ba2", mientras que Fitch Ratings califica la deuda del país en "BB", ambas dos escalones dentro del territorio especulativo.