En Estados Unidos la SEC, Securities and Exchange Comission, recompensa a aquellos que facilitan datos que colaboran en la persecución de conductas infractoras o delictivas, y esta semana se ha batido un récord al superar los 33 millones de dólares una gratificación.

Se trata de la mayor cantidad hasta ahora y conviene seguir esta noticia porque en España han empezado a prosperar los buzones que alientan sobre este tipo de colaboraciones.

A resultas de la investigación que se hizo por el chivatazo, hay que decirlo así, se ha llegado a un acuerdo que evite el paso por la justicia por la cantidad de 415 millones de dólares. Este programa tiene tan sólo siete años de antigüedad, ya éramos conscientes del caso de los 30 millones de dólares de 2014 concedidos a un ciudadano no norteamericano o el de los casi 50 millones de dólares que compartieron dos personas.

El procedimiento suele consistir en que quien dispone de la información relevante contrata a un profesional que nunca identifica a quienes facilitan dichos datos y ha quedado demostrado a estas alturas tanto la fiabilidad del mantenimiento de la confidencialidad como la persecución de las conductas infractoras.

Se está experimentado un cambio en la mentalidad de los trabajadores de empresas que violen la legislación. En lugar de informar internamente en la empresa del problema lo hacen directamente a las autoridades en busca de la recompensa.